Las autoridades solo han dado largas, lamentan los deudos, a un año de la pérdida.
Miacatlán.- La familia del migrante asesinado en la ciudad de Charlotte, condado de Mecklenburg, en Carolina del Norte, Estados Unidos, el año pasado, aún espera el apoyo por parte del gobernador Graco Ramírez prometido para hacer frente a lo que fueron los gastos de repatriación del cuerpo, ya que a la fecha no ha recibido nada y está por concluir la administración estatal.
En entrevista, la familia de Rubén Gerardo, originario de Coatetelco, comunidad indígena hoy decretada municipio, relató que a un año del asesinato del joven a manos de la policía del condado de manera vil, pues fue abatido por los uniformados cuando salía de su domicilio con las manos en alto, no se ha hecho justicia ni mucho menos han recibido el apoyo prometido por parte de las autoridades y organizaciones.
El padre del finado, Román Galindo, señaló que los hechos se registraron el seis de septiembre de 2017, cuando su hijo quien en ese momento tenía 29 años de edad y nueve años atrás había migrado al país del norte, para encontrar mejor calidad de vida ante la difícil situación económica de la familia, fue asesinado por la policía del condado. Incluso, dijo, existen videos. Agregó que 21 días después su familia logró repatriar el cuerpo de Rubén y darle sepultura en el panteón San Juan de Coatetelco.
La familia comentó que tuvo un acercamiento en ese momento con el gobernador de Morelos, Graco Ramírez, y la secretaria de Desarrollo Social, Blanca Almazo Rogel, quienes se comprometieron a dar apoyo para hacer frente a todos los gastos realizados. Sin embargo, a la fecha, los familiares de Rubén no han recibido nada.
La familia del migrante asesinado lamentó que no hayan obtenido respuesta por parte del gobierno estatal, ya que está por concluir la administración actual y durante este año solo dieron "largas" las autoridades.
A Rubén Gerardo le sobrevive una hija, sus padres y hermanos. El pasado seis de septiembre en la comunidad de Coatetelco fue celebrado el "cabo de año" (primer aniversario luctuoso), como tradicionalmente se realiza en este lugar para recordar a los fieles difuntos. El próximo viernes 28 de septiembre se colocará la ofrenda en el lugar donde sus restos descansan.