Quiere poner etiquetas “agresivas” contra el dulce y publicita que es causante de la obesidad.
Zacatepec.- La secretaría de Salud pretende señalar al azúcar como responsable de la obesidad, en las etiquetas de los alimentos que incluyen este ingrediente, lo que traería como consecuencia un impacto negativo en el consumo de este producto, destacó el presidente de la Unión Nacional de Cañeros, Carlos Blackaller Ayala.
“Hay iniciativas del sector salud que nos preocupan fuertemente, y que tiene que ver con el tema del etiquetado en los alimentos, en donde se señala negativamente al azúcar como parte del fenómeno del índice de obesidad en los mexicanos”, destacó el dirigente.
Comentó que el planteamiento del sector Salud, presuntamente para prevenir la obesidad, es generar mecanismos de etiquetado “agresivos” contra el consumo de alimentos que contengan azúcar.
Esto traería como consecuencia, la “distorsión” del consumo y afectaría directamente a los productores de caña.
Al respecto, señaló que ya están buscando el acercamiento con el gobierno federal y las autoridades competentes, para evitar que esto ocurra y se satanice al azúcar como el responsable de la obesidad en nuestro país.
“El planteamiento que estamos haciendo al gobierno federal y a las autoridades de diferentes niveles, es que la comunicación del sector Salud, hacia los ciudadanos, sea objetiva, que no se tache de causante de un problema de salud, a un ingrediente, en este caso, el azúcar; que tengamos una comunicación objetiva con los ciudadanos, para que los hábitos alimenticios, el estilo de vida, el balance en la alimentación, sea lo que se promueva en la salud de los mexicanos, y no el señalarle al consumidor, si tal o cual producto le va a causar ‘X’ o ‘Y’ problema”.
El dirigente comentó que en los últimos años, se ha producido mucho más azúcar en nuestro país, lo que satisface el consumo interno y el excedente se exporta, lo que ha derivado en mejores precios de la tonelada de caña para los productores.
Dijo que la producción nacional de este año fue superior a las seis millones de toneladas de azúcar, con un consumo aproximado de más de cuatro y el excedente se destinó a la exportación.