Al referir que en los últimos días se perpetró un robo importante de cabezas de ganado, señaló hasta ahora las autoridades no han tenido coordinación para combatirlo.
“Cerramos con una gran pérdida de ganado en el año 2010. Creíamos que íbamos a empezar el año bien, pero no. Desafortunadamente me hacen el reporte hace unos días, de cinco cabezas extraviadas en los campos de Tlaquiltenango, específicamente del campo Las Bóvedas, de la señora Josefina.”
Entre las razones, mencionó la mala vigilancia de la policía. “Pasan (con los animales en vehículos) y no le piden documentación, la factura, la guía de tránsito, y al abigeo se le hace fácil trasladar un ganado a veces con facturas ‘chuecas’, apócrifas, clonadas, porque las hemos checado; han parecido clonadas y se les hace fácil, porque no hay una buena revisión de los elementos (policíacos).”
En cuanto a la responsabilidad del ganadero, señaló que no lo pueden estar vigilando todo el tiempo. “Aquí tenemos nuestro campo de pastoreo, que se le llama uso común y es ahí donde se sueltan las cabezas y normalmente nosotros los ganaderos vamos a campear –así se le llama–, a ir a revisar cada ocho días, cada tercer día su ganado. Pero bueno, como anda en el campo, pues llega el momento que el abigeo tiene todo el tiempo del mundo para estar cuidando cuando no van a darle una vuelta y en ese momento se lo llevan.”
En el caso del último robo, detalló que fue en agravio de una mujer, a quien le robaron cinco cabezas de ganado vacuno, tipo cerril, que representa un deterioro importante en su patrimonio. “En este caso fueron cinco, por muy mal que hubiera estado, hablamos de dos mil pesos por cada uno, lo que significa 10 mil pesos con los que se afectó su economía.
“No presentó denuncia. El ganadero ya no quiere hacer denuncia, porque vas al Ministerio Público (y) te hacen esperar. Ya no queremos buena cara, simplemente que nos den la atención que corresponde y no esperar tres, cuatro horas para hacer la denuncia correspondiente. Entonces el ganadero ya no lo hace, y al final de cuenta van los ministeriales y van pidiendo para su gasolina y una serie de detalles por los que el ganadero ya no quiere hacer nada. A veces viene molesta la gente en ese momento para querer hacer las cosas por su propia mano, pero uno le sugiere que no lo haga; que haga la denuncia.”