En conferencia de prensa, ayer, se dieron a conocer los resultados de los estudios realizados a la flora, fauna y suelo del lugar.

Oscar Dorado Ramírez, especialista en conservación ecológica, reseñó que por inquietud de vecinos de la comunidad de El Higuerón, hace aproximadamente un mes, se detuvieron las obras porque querían un estudio técnico de impacto al medio ambiente. La Comisión Estatal del Agua y Medio Ambiente (CEAMA) concedió parar los trabajos para realizar los estudios –que la propia CEAMA financió–, a cargo precisamente de Dorado Ramírez y de Daniel Samaniego Martínez, este último, para los estudios de geología, geotecnia y geohidrología.

Ayer, en conferencia de prensa, ambos coincidieron en manifestar la viabilidad del proyecto, aunque con algunas consideraciones.

“Nuestra primera conclusión es que es necesario que se haga en verano un estudio adicional para verificar estos datos. No encontramos especies realmente que estuvieran en peligro de extinción; creemos que sí es factible (su construcción) si, y sólo si, se hacen algunas medidas de mitigación. La primer(a) medida, y que es una obligación, incluso, es que exista un comité técnico-científico-ciudadano para operarlo; otra medida es evitar que animales, particularmente las aves, lleguen ahí; tres, la parte ‘fresca’ de la basura que llega debe tener una cobertura casi inmediata para evitar en horas subsecuentes la contaminación hacia la atmósfera. Asimismo, el camino que va rumbo al tiradero actual es un camino que produce muchísisimo polvo, y el polvo contamina, por lo que debe pavimentarse.

“Otro problema que existe es que los camiones que transportan las basura no son herméticos y más aún, ni siquiera tienen una lona arriba y por lo tanto, se tiene que hacer un programa de sustitución de estos camiones viejos en el cual tienen que participar los ciudadanos y los gobiernos”, declaró Dorado Ramírez.

Reiteró que tiene que haber una revisión continua para evaluar los posibles efectos que pudiera haber sobre la biodiversidad. “Creemos que debe de haber un programa concreto de educación ambiental no solamente para la gente que pudiera trabajar ahí, sino también para la población.”

Por su parte, Daniel Samaniego Martínez coincidió en la viabilidad del proyecto. “Desde el punto de vista de donde está situado por el tipo de roca, sí es factible el relleno.”

Explicó que lo más importante era la permeabilidad del suelo, que si bien no es 100 por ciento impermeable, la propia norma permite la colocación de una geomembrana. “Creo que con la geomembrana no habría ningún problema, siempre y cuando esté dentro de la norma y se cumpla con el mantenimiento.”