Un trabajo de tesis revela que ya había habido temblores y nunca se tomaron previsiones
Jojutla.- El sismo del 19 de septiembre 2017, de 7.1 grados, que devastó la ciudad de Jojutla, encontró a una población desprevenida -pese a los antecedentes que había de temblores anteriores-, además de que no hubo capacidad de reacción de las autoridades, ni tenían los conocimientos necesarios, lo que hizo más grande la tragedia.
Tales son algunas de las conclusiones de María Nazareth Rodríguez Alcarcón, en su trabajo de tesis “El sismo de 2017, o la concreción de un desastre: proceso histórico, contexto social y políticas públicas en Jojutla, Morelos”, que fue presentado esta semana en esta ciudad, y con el que obtuvo el doctorado en ciencias sociales por el Colegio de Michoacán.
La académica destacó que una de las conclusiones más importantes de este trabajo, que le llevó cinco años, fue que la tragedia fue más grande en Jojutla porque no se tomaron ningún tipo de previsiones, pese a que ya en el pasado había ocurrido un sismo de la misma magnitud en Morelos.
“No se tomaron previsiones de ningún tipo en Jojutla, ya que se creía que Morelos era una zona asísmica, que nunca se había presentado un sismo de estas características y que era completamente novedoso; sin embargo, rastreando la información histórica, había evidencia de que se habían presentado sismos en múltiples ocasiones en el estado y por ello no se justifica que no se tuviera el conocimiento ni los procedimientos para atender un desastre con estas características”.
Resaltó que pudo confirmar en un documento que en el siglo XIX se presentó un sismo en el estado que dejó afectaciones en monumentos históricos, en iglesias y en ciertas zonas de Jojutla; de hecho, parece una descripción de lo que pasó después en 2017, por lo que interrogó por qué no se hizo nada; por qué las instituciones no generaron ni procedimientos ni conocimientos necesarios para evitar lo que sucedió.
“Lo que pasó en Jojutla fue un microcosmos de lo que se reprodujo en todo el estado; la ausencia de conocimiento, de protocolos de evacuación, y en Jojutla no existía ni ley, ni reglamento de protección civil, y las instituciones no contaban con la organización, ni el equipo, ni la capacitación necesaria para abordar un problema con estas características”.
Consideró que actualmente se siguen repitiendo errores que agravaron la tragedia, a pesar de la dura lección recibida.
La población se debe educar en qué hacer antes, durante y después de un sismo, y las autoridades, reconocer sus limitaciones para hacer cambios importantes.