Alebrije bicicletero representa a Jojutla en el desfile y concurso de alebrijes monumentales de la CDMX.
Jojutla. En el taller de los Almorales en Tlatenchi, están a marchas forzadas, tienen entrega de varios cascos de caballeros águila y están pintando la pieza que llevarán al Decimocuarto Desfile y Concurso de Alebrijes Monumentales del Museo de Arte Popular, que tendrá verificativo el sábado 22 de octubre y que congregará a artesanos de diferentes partes de México.
“Partirá del zócalo y llegará a Paseo de la Reforma, en donde se instalarán las piezas para que la gente vaya a observarlos”, explica Alfonso Morales Vázquez, maestro cartonero.
Alebrijero bicicletero se llama la pieza que Alfonso Morales Hurtado elaboró y que es un ser escamoso, con cabeza de jaguar, lomo de camaleón, brazos de chapulín, cola de tlacuache, garras de iguana, montado en una bicicleta; se lo llevarán en una camioneta pagada por el taller de cartoneros, porque el Museo de Arte Popular, quien los ayudaba con el transporte, esta vez no les mandó nada.
“Es mi papá que en su burrocleta, tiene el grupo de niños Raíces Aztecas, con los que pasea por algunas partes del municipio con un montón de niños, todos en bicicleta, para que conozcan su comunidad y lo que se produce”, explica Morales Hurtado, quien también reveló que es la primera vez que su papá no inscribe ninguna pieza al concurso, pero ayudó en todo el proceso de construcción del Alebrijero bicicletero.
Mientras detalla las escamas de su propia representación, el maestro Alfonso relata que durante dos años no se pudo celebrar esta fiesta, por la pandemia ocasionada por el coronavirus.
Este año, como en los otros antes de la pandemia, también pasaron dificultades para conseguir el material para el alebrije: alambre, alambrón, soldadura, carrizo, cartón, pintura:
“Normalmente nos contratan para que demos algunos talleres de cartonería y, con los honorarios que nos pagan, juntamos el dinero para el material y el transporte”, expuso Morales Vázquez.
Recordó que el primer alebrije que construyeron y con el cual participaron en la primera “Noche de los alebrijes monumentales”, en 2008, se llamaba Lagartija águila. Lo llevaron desde Tlatenchi, en una camioneta prestada, pero no lo pudieron bajar porque el desfile ya había pasado y no había una base para poderlos poner y jalar, sin embargo, sí pudieron exponerla y muchísima gente vio su trabajo.
Alfonso Morales Hurtado, quien desde niño aprendió el oficio de cartonero y quien estudió en el Centro Morelense de las Artes, dijo que todo el año se espera esta fiesta porque en este encuentro se pueden conectar con maestros o colectivos que tienen una gran calidad en su trabajo:
“Yo he aprendido mucho. Colectivos De última hora, Artur Mex, de Tultepec, han crecido mucho, han realizado monumentales para Vive Latino. De los alebrijeros, Torito cartonería realiza un alebrije tradicional y de muy buena calidad; el maestro José Luis Maldonado es premio nacional, elabora calaveras”.
Por su parte, el maestro Alfonso afirmó que en todo este tiempo nunca han ido con la solvencia que se requiere, pues si no les falla uno les falla otro. Sin embargo, han podido llegar:
“Nos ha sabido más así, sin apoyo institucional, no recibimos ayuda de la Secretaría de Cultura federal, ni del Museo de Arte Popular, ni del gobierno del estado; tampoco el ayuntamiento. Nosotros vemos que muchos buscan y encuentran patrocinadores privados o públicos y se nota que van muy solventes; nosotros hemos puesto muchas ganas, esfuerzo, desvelo, dinero, hambre en nuestro alebrijes, y vamos con muchas ganas y entusiasmo a los desfile. Eso somos nosotros, no nos vencemos, llegamos por que llegamos”.
Alfonso Morales Hurtado recordó lo que había dicho su papá en una de las ediciones pasadas: hace más de catorce años, antes que el MAP organizara el desfile de alebrijes monumentales el oficio de cartonero estaba a punto de desaparecer, pero con el desfile en la Ciudad de México el oficio de cartonero fue tomando importancia, se pudieron observar trabajos muy bien elaborados, muy finos, se pudo apreciar la creatividad de los cartoneros y la gran calidad de sus trabajo, de tal suerte que los artesanos y colectivos comenzaron a ser llamados para elaborar piezas diversas en festivales y eventos de talla nacional e internacional. Por eso es importante el desfile; muchos talleres están dando continuidad y se van formando nuevos artesanos y las generaciones se van sucediendo.
El sábado 22 de octubre, una parte de los cartoneros y seguidores de éstos viajaron en autobús, costeado con sus propios recursos, desde Tlatenchi hasta la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México, donde las piezas monumentales tenían ya un lugar asignado. Alfonso Morales Hurtado se había ido un día antes, en una camioneta llevando al Alebrijero Bicicletero.
El recorrido congregó a más de 220 artesanos de México e inició, como estaba previsto, después de las 12 del día en el zócalo de la Ciudad de México, continuó por la avenida 5 de Mayo, Juárez y Paseo de la Reforma y concluyó en la glorieta del Ángel de la Independencia.
En las aceras norte y sur del Paseo de la Reforma, entre la columna de la Independencia y la Estela de Luz se pueden ver al aire libre los alebrijes monumentales que, durante todo el recorrido, fueron bastante aplaudidos, fotografiados y grabados por espectadores nacionales y extranjeros.
Al terminar el desfile se les asignó un lugar al aire libre donde permanecerán hasta el 6 de noviembre.
Alfonso Morales Hrtado y su alebrije
Cartoneros y seguidores
