Joven jojutlense se rehizo de la nada y exporta sus productos.

Jojutla.- Una joven mujer que sufrió maltrato de parte de su esposo, quien la despojó de su propia empresa, comenzó de nuevo y ahora es una emprendedora exitosa, que incluso exporta sus productos a otros países y estados de la república, gracias al su fe y al apoyo que recibió de su familia y clientas.

Vecina de Jojutla, Cecilia Abúndez Mastache narró públicamente, en una exposición de mujeres emprendedoras, a propósito del día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, su experiencia personal para motivar a otras.

Dijo que a los 15 años se casó, muy joven, enamorada, con un joven jojutlense. Desde ese entonces, comenzó a incursionar en el negocio de los cosméticos artesanales, que ella misma elaboraba.

Una empresa que fue ganando aceptación, debido a que no utiliza químicos, sólo ingredientes naturales.

Lamentablemente, su relación de pareja no funcionó. Comenzó a ser víctima de violencia, de modo que después de tres años, decidió separarse. Pero no fue todo lo que no iba bien. Aunque el negocio ya generaba ganancias, su marido le quitó todos los derechos.

“Desgraciadamente el amor me cegó; puse todo a nombre del que era mi esposo y decidí separarme de él, por violencia doméstica, pero me dejó en la calle. Él registró todo a su nombre y me quitó todo lo que había trabajado durante mucho tiempo”.

Confesó que fue una situación muy difícil. Era madre soltera y se quedó sin recursos legales para reclamar lo que ella había creado. Pero no se dejó vencer y con la experiencia que ya tenía, volvió a crear otra empresa similar, que fue creciendo poco a poco.

“Sin la ayuda de Dios no tenemos nada. Fue gracias a Él, y también al apoyo de mis padres, que pude salir de la situación, esas fueron las claves para el emprendimiento”.

Otro factor que la impulsó, dijo, fueron sus hijos.

Y uno más, que también le resultó inesperado, fueron sus anteriores clientas. “Muchas, aunque no me conocen, porque son de otros estados, se unieron a mí. Me ayudaron con mi empresa, me ayudaron con crecimiento, con préstamos inclusive, y poco a poco hemos ido creciendo”.

Dijo que desde hace más de dos años, creó esta nueva empresa, denominada ahora “Dilia cosmética artesanal”, y ya cuenta con una pequeña fábrica en donde elabora los productos y han tenido tanta aceptación, que los envía a varios estados del país e incluso a Estados Unidos y Guatemala. Y ahora puede dar empleo a muchas personas.

Fabrica champús, queratinas, cremas, protector solar, exfoliantes, y ya cuenta con 150 clientes en el país y el extranjero.

“Llevo dos años con ella y he tenido una aceptación favorable, dando un ejemplo de vida a las mujeres, que se puede volver a comenzar de cero”.

Llamó también a sus congéneres a no confiarse y mucho menos, dejar violentarse por los hombres.