“Yo veo dos caras; hoy la industria está pasando por sus mejores momentos en cuanto a precios, hay un precio excelente del azúcar, por lo consiguiente, de la caña de azúcar. Hoy hay motivos para sembrar caña porque es redituable. Hoy hay motivos para invertir en los ingenios porque también son inversiones a recuperarse a corto plazo, hoy se tiene ya abierta la puerta para entrar a la cogeneración (de energía eléctrica) porque fue modificada ya la ley de energía. En México hay déficit en el fluido eléctrico y los ingenios son una opción.
“Sin embargo, el otro lado que le veo, es que hace casi ya 20 años sabíamos que le íbamos a entrar al Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, y muy poco se hizo de inversión en los ingenios. El campo cañero ha caído muchísimo en productividad; este año vamos a llegarle si acaso a unas 60 toneladas por hectárea, cuando deberíamos de estar, ahorita, cuando menos en 90; ése es un problema grave. Al campo hay que inyectarle dinero, hay que financiarlo, hay que cambiarle variedades, tecnificarlo. Tenemos, si acaso, un 25 por ciento de riego a nivel nacional y estamos desaprovechando cuencas acuíferas. El cambio climatológico es irreversible. Ahora tenemos tremendas sequías que tiene muy diezmado el campo cañero, ésa es la cara que yo le veo”, declaró el dirigente en entrevista hace unos días que visitó la región.
Dijo que con lo que actualmente produce el campo se generan menos de 6.5 millones de toneladas de azúcar, cuando debería estar produciendo cuando menos ocho o nueve millones de toneladas. “Hoy tenemos un mercado grandísimo de consumo; hoy hay mercado para el azúcar y estamos desaprovechando todo eso, que significa divisas, empleo; significa hasta seguridad porque la seguridad se logra con salarios, empleo, con cultura, educación.”
Sánchez Vargas consideró que si no hay de parte de gobierno federal para fortalecer esta industria, que genera casi cuatro millones de empleos directos o indirectos, y si los propios gobiernos estatales no ponen también su apoyo a la industria sobre todo al campo, ésta no podrá avanzar.
“Con unos ajustes tenemos capacidad fabril para cuando menos para unos seis millones y medio de toneladas de azúcar. Lo que no tenemos es caña. Incluso para meternos a la cogeneración, hace falta caña, porque hay que tener bagazo; para entrarle a los biocombustibles hace falta caña. Hace falta un apoyo decido de los gobiernos federal que, creo, que es la mejor manera de combatir la inseguridad.”
Finalmente, refirió que existe un plan rector que obliga a las empresas a invertir en la industria azucarera. “No nada más haciendo azúcar, si no podamos entrarle a la cogeneración de energía eléctrica y a la producción de biocombustibles.”