Maricela Peralta Salgado, vecina de Tlaquiltenango, explicó que el sábado pasado acompañó a su hija al hospital, que llevaba ya nueve meses de embarazo para ser atendida, pero no la recibieron sino hasta horas después cuando se había dado el desenlace fatal.

“Mi hija es menor de edad; se llama Maricela Ramírez Peralta de 17 años. Venía por embarazo ya concluido y me la estuvieron rechazando. El día viernes por la noche me la rechaza el doctor Borja, que se portó con ella muy prepotente; el día sábado por la mañana, me la regresa el doctor Abel Aranda. Ella venía con dolor de cabeza y sangrado, ya para nacer el bebé y me la volvió a regresar. Me dijo, ‘que regrese en la tarde’, y en la tarde le hicieron un ultrasonido y ya el bebé no vivía. Me fui a hablar con el subdirector Ortega; él me mandó hacer un ultrasonido particular a Puente de Ixtla pero perdió demasiadas horas. Hasta las nueve de la noche, me mandó a hacerlo y, efectivamente, ya no vivía el bebé. Y como le dije al doctor, fue negligencia de ustedes porque yo a mi hija la he estado atendiendo, yo la traía día y noche, en la mañana y en la tarde, toda la semana, y ellos no se preocupaban”, aseveró.

Afirmó que en el hospital le decían que todavía no estaba a término, pero el ultrasonido marcaba las 41 semanas que ya tenía el bebé, ya estaba por nacer.

Señaló que ante el fallecimiento en el vientre, la doctora Román le extrajo al bebé diez horas después, es decir, hasta el domingo 10.

Dijo que ante tal circunstancia buscará presentar una denuncia ante las autoridades correspondientes. “El subdirector me dijo que podía acudir a donde quisiera y denunciar, y sí lo quiero hacer, porque a uno de pobre casi no lo toman en cuenta; él me decía que hiciera una denuncia en una hoja pero que ahí mismo se quedará, pero le dije que no porque ahí nada más las hacen bola y la tiran a la basura, se olvidan”.

Entrevistado al respecto, el director del hospital, Francisco Avendaño Angoli, advirtió que es muy prematuro hablar de negligencia y se debe investigar de qué se trata.

“No sé exactamente. Necesito recibir los informes de quien estuvo de guardia para saber lo que pasó. Lo que puedo decir de entrada es que atendemos muchos pacientes, algunos muy graves y hay que hacer lo necesario. Es muy difícil para mí decir lo que pasó”.

En cuanto a las versiones de que hace falta un ginecólogo en el hospital, el director aclaró que no necesariamente. “Los ginecólogos tienen que atender varios sitios, hospital, quirófano, tococirugía, etc.; por eso, no encuentro uno los ginecólogos de planta, están de guardia”.

Aclaró que a la paciente se le hace una exploración y se le dice en qué momento está del parto, por lo que rechazó que haya mala atención. “De los 2,900 partos al año y más de 40 mil consultas al año, seguramente alguien se va a quejar, quedará insatisfecho con la atención”.

Comentó que al hospital acuden muchos pacientes que tienen urgencias sentidas, no reales, y “ellos son los que se van a inconformar”.

Vale señalar que en el mes de junio se dio una denuncia de presunta venta de sangre de parte de la responsable del puesto de sangrado del hospital.