En Jojutla ofrecieron el taller “Ansiedad, amiga o enemiga”.
Jojutla.- Aunque la ansiedad es un estado de alerta para prevenir cualquier riesgo, cuando se pierde la capacidad de regular las emociones se vuelve un problema de salud mental que puede derivar incluso en padecimientos físicos.
Entrevistada al término de la sesión “Ansiedad, amiga o enemiga”, que ofreció la psicóloga clínica Dhalia Dominriv en la Unidad Deportiva “La Perseverancia”, la especialista comentó que la ansiedad se vuelve un problema cuando no tenemos la capacidad de controlarla y se presenta como una preocupación excesiva que se deriva en síntomas físicos y emocionales.
“A veces lo primero que detectamos son los síntomas físicos que la gente confunde con una enfermedad como sudoración, taquicardia, nerviosismo, mareo, náusea, pecho apretado, etcétera. A esto se suman pensamientos catastróficos; es decir, todo se ve negro, sin esperanza, como que todo va a salir mal”.
Si esto ocurre comienza a afectar nuestras relaciones personales, laborales y nuestra salud física.
Refirió que venimos saliendo de la pandemia provocada por la covid-19, “tiempo en el que nos encerraron, nos enfermamos e incluso tuvimos familiares o conocidos que fallecieron”.
“Ahorita que se abren las puertas y la gente puede salir, podemos ver las secuelas de todo ese aislamiento social y emocional durante la pandemia”, señaló.
Asimismo, explicó que la ansiedad varía de persona a persona y de acuerdo con su contexto social, pero lo que la desencadena es que alguien se ancle en una preocupación excesiva. Entre las causas están no encontrar una oportunidad de trabajo, una oportunidad de estudio, temas de atención a la salud o personales, como la separación de una pareja o el trato con los hijos. “A veces el detonante es el ambiente en casa o en el trabajo”.
Dhalia Dominriv también dijo que hay herramientas físicas para tratarla, tales como caminar, estar en contacto con la naturaleza, aprender a respirar. También las hay emocionales, como tener un pasatiempo, hablar con alguien, aprender alguna nueva habilidad o dar servicio.
“Cuando nos ponemos al servicio de alguien más, comenzamos a distinguir que adversidad vamos a pasar todos, pero podemos aprender a no aferrarnos, que es algo que exacerba la ansiedad”.
Destacó que cuando los síntomas prevalecen por muchos días y la persona no logra salir por medios propios, es necesario pedir ayuda profesional.
Finalmente comentó que la sesión tuvo muy buena aceptación, de modo que los asistentes pidieron más temas de este tipo, los cuales se van a programar.