Es de los últimos que atiende el gobierno municipal, destacan en presentación de libro acerca de esa comunidad.
Tlaltizapán.- Ubicado a las faldas de la sierra Montenegro, área natural protegida, Temimilcingo (también conocido como Tilingo), comunidad ubicada en este municipio, cuenta con riqueza histórica y cultural, pero pobreza en su desarrollo social.
“Temimilcingo es un pueblo prehispánico; el origen se remonta a épocas anteriores a la llegada de los españoles. En aquel tiempo era considerado un señorío; es decir, una gubernatura, a la cual le tributaban todas las comunidades, pueblos y aldeas de los alrededores”, comentó Saúl Vázquez Rivera, autor del libro “Temimilcingo, pueblo con historia y aroma a chocolate”, que fue presentado este miércoles como parte de las actividades del festival “Vive Zapata” en la cancha de la comunidad.
“El libro fue escrito y editado en el 2004, y básicamente es un libro que recoge los testimonios de la gente sobre la riqueza histórica y cultural que tiene el pueblo. Narra las vivencias de la gente, los lugares interesantes y la manera en que se acostumbraba el chocolate”.
Destacó que esta población cuenta con mucha tradición oral y no hay publicaciones oficiales que la recojan, por lo que están pensando ya en una segunda edición del libro, con todas esas narraciones que todavía cuentan los mayores.
Vázquez Rivera aseguró que de su investigación en el Archivo General de la Nación se desprende que Temimilcingo es un pueblo originario que ha sobrevivido a lo largo de los siglos y persiste en la memoria y en la voz de las personas.
Pero a pesar de los años, reconoció que todavía no hay el desarrollo social y económico deseado. “Por la manera en que fue estructurado geopolíticamente, el pueblo quedó relegado y hoy es uno de los últimos pueblos de Tlaltizapán, el cual, recientemente, ha sido dotado de los servicios públicos con los que cuenta. Anteriormente Temimilcingo fue una comunidad extremadamente pobre, las casas eran de lodo y bajareque”.
De hecho, todavía se ven en sus calles los hidrantes con los que se dotó de agua pública al pueblo durante la época de Lázaro Cárdenas.
El autor también se dijo orgulloso de la manera en la que fabrican el chocolate. “Rescatamos la tradición y se elabora el chocolate con la receta tradicional que los ancestros nos dejaron”.