Muchas personas llegaron desde muy temprano, buena parte de ellas provistas de escobas y demás artículos para limpiar las tumbas de sus seres queridos. Vale apuntar que en los panteones viejos de la región, la irregularidad con la que fueron trazados, dificultaba el paso de la gente.
En el interior del camposanto, misas y vendimia de todo tipo: tortas, botes para los floreros y hasta pintura para las lápidas. En el exterior, más comida y diversos artículos de temporada.
Infaltables los grupos norteños, tríos o banda que dedicaban notas a quienes ya se nos adelantaron.
Fidel Domínguez Hernández, representante de la banda “San Miguel”, quien acudió con su familia a tocar la música de su preferencia a sus difuntos, comentó que son momentos muy emotivos, de comunión con los seres queridos. “Nos acordamos de lo que le gustaba a la familia; en mi caso, a mi mamá le gustaban ciertas piezas y a mi papá la música de toros y es lo que les tocamos. Es una manera de volver a estar con ellos; nos recuerda que uno quisiera que estuvieran con nosotros, pero todos tenemos que partir.”
Apuntó que hay gente que pide incluso música de chinelos y cumbias para sus difuntos. “A lo mejor lo que no les dimos en vida, se lo estamos dando hoy de difuntos”, sentenció.
Por otra parte, comerciantes del mercado de Jojutla calificaron de “regular” a “buena” la vendimia de productos de temporada. Comerciantes entrevistados dijeron, en algunos casos, que la venta estuvo igual que el año pasado, mientras que otros señalaron que estuvo mejor. “Dicen que hay crisis, que no hay dinero, pero no sabemos de dónde sacan para comprar sus cosas”, dijo uno de ellos.
Este año, el gobierno permitió que los vendedores de flores ocuparan la calle Tierra y Libertad, con lo que se redujo el espacio disponible para estacionamiento.
Desde luego, tras una semana de venta, había una gran cantidad de basura en la zona del mercado.