La vocera calificó este tipo de situaciones como violencia de género que se debe combatir. “Hay alrededor de 19-23 (casos de este tipo) que van aumentando al año, pero muchos de ésos, y en palabras de algunos trabajadores del sector salud, son por negligencia médica. Consideramos que la muerte materna si bien es multifactorial y se va construyendo, diríamos, desde la pobreza, la violencia familiar, la negligencia médica, hasta la falta de atención en urgencias obstétricas y falta de equipo, sobre todo es por la falta de sensibilidad del prestador de servicios de salud. Entonces, ésa es una violencia institucional y por eso la incluimos como violencia de género porque es negligencia médica en muchos casos”. Aunque reconoció que tendría que revisarse caso por caso para saber cuál lo es y cuál no.
Refirió que para todo el país el comité promotor por una maternidad segura tiene la meta de disminuir la muerte materna al 50 por ciento. “En realidad, no ha habido disminución; el impacto que han tenido todos los programas de atención a la salud de las mujeres, en este caso a las mujeres embarazadas, no ha tenido el impacto que se requiere, no hay los recursos, no se ha invertido lo necesario para disminuir este problema y en muchos casos hay falta de atención, falta de sensibilidad y negligencia médica y de prevención”.
Dijo que en la entidad existen 23 casos anuales documentados de muerte materna. “Lo cual es grave, porque muchas de estas muertes son prevenibles, son evitables. Por otro lado, está la persecución de mujeres, es decir, la denuncia del propio personal de salud de mujeres que llegan con abortos en evolución, ya sea provocados o espontáneos. Ésa también es una violencia institucional al impedirles a las mujeres decidir sobre sus embarazo y sobre su propio cuerpo y que también nos lleva a un problema de salud serio”.