Pablo de la Rosa de Jesús acusó que la Policía de Jojutla lo detuvo cuando iba en su motocicleta y ésta no le fue devuelta. “El sábado --diez de diciembre-- como a las 11 de la noche iba yo rumbo a Tlatenchi, a mi casa, pero iba algo tomado, iba en mi motocicleta y me detuve a orinar en el tramo Tlatenchi-Panchimalco; ahí me detuvo la Policía Municipal. Me dijeron que me subiera a la patrulla y ya no me dieron tiempo de decirles nada; luego luego me pegaron las patadas, golpes. Me subieron a la fuerza”, declaró.
Reconoció que iba en estado de ebriedad pero dejó su motocicleta –una Italika, roja, modelo 2006, que su hija compró con facilidades en una tienda departamental– a un costado de él.
Dijo que fue llevado a la comandancia donde lo recluyeron en la cárcel y al otro día fue un conocido suyo a sacarlo y pagar la multa correspondiente. Aseguró que le entregaron sus pertenencias, incluidos la llave de la motocicleta, el morral que iba atado a “los cuernos” de la moto y hasta su casco, pero no el vehículo.
“Salí como a eso de las seis de la tarde, pero no aparecía mi moto. Entonces ya fui a ver al otro día y me dijo el comandante que él no tenía culpa, que la moto no era mía, por qué no se los dije en el momento de mi detención. Pero cómo es que no era mía si hasta me está entregando mis llaves, mi casco y mi morral”, expuso.
Dijo que incluso acudió al alcalde, Enrique Retiguín, y él le dijo que como ya habían ido los policías, “ellos dieron su versión primero y dijeron que la moto no era mía”.
Dijo que presentará una denuncia en contra de quien resulte responsable por daño patrimonial, pues su hija la adquirió en pagos.
Por su parte, Vicente Fernando García Sierra, director de Seguridad Pública de Jojutla, negó la responsabilidad de la corporación en los hechos. “La persona no estaba junto a la motocicleta. Obvio que él va a hacer su propia versión. Se portó de una manera totalmente violenta, agredió física y verbalmente a los elementos. En ningún momento él manifestó que la motocicleta era de él. La moto estaba aproximadamente unos 12 o 15 metros de distancia. Yo creo que a él le competía directamente hacer de manifiesto que la motocicleta era de su propiedad”.
Argumentó que con el juez cívico existen bicicletas aseguradas desde hace tiempo, y ahí están porque nadie acredita la propiedad. En consecuencia, la motocicleta, de mayor valor, no fue acreditada.
–Sin embargo, dice que le dieron su casco y su morral que iba prendido a los cuernos de la moto.
–No, es falso lo que él manifiesta. Ahorita lo que él quiere argumentar ya está fuera de todo tono. Sin embargo, yo le hice la invitación para que acudiera a la agencia del Ministerio Público si así lo considera. El señor estaba totalmente en estado etílico (sic) y pues dijo cosas muy incoherente. Tan es así que en ningún momento hizo referencia que la moto era de su propiedad.
Dijo que la corporación nada tiene que ver y el individuo nunca habló de una motocicleta.