José Francisco Bustos Fuentes, jefe de la Jurisdicción Sanitaria Dos, destacó que en esta época del año, dos padecimientos que se incrementan son las enfermedades llamadas diarreicas y la picadura por alacrán.
Dijo que aunque los centros de salud cuentan con capacidad de respuesta, es decir, se cuenta dotación de faboterápicos en todas las unidades, es mejor tener precaución para evitarla.
“Cuando una persona es agredida por un alacrán o tiene la sospecha de haber sido agredida por este insecto (sic), lo que se les pide es que acudan a una unidad aplicativa o un centro de salud para que reciban la atención requerida y el tratamiento específico. Dentro de los síntomas más comunes están la salivación en forma excesiva; se tiene dificultad para deglutir; se presenta lo que llamamos parestesia, entumecimiento en lengua, labios y la nariz. Esos son los síntomas más característicos de una intoxicación por picadura de alacrán y ante la presencia de esos síntomas, es necesario acudir a una unidad aplicativa para que se le dé el tratamiento específico”.
Señaló que una vez que se da la picadura, aproximadamente media hora después se empiezan a sentir estas señales. “De ahí todavía se tiene un lapso de aproximadamente una hora para poder recibir la atención requerida, ésta depende también de la edad del paciente. Si estamos hablando de un paciente pediátrico, obviamente la atención y los tiempos se acortan y ahí sí es necesario dar una atención oportuna inmediata”,
Interrogado acerca de que en las unidades de salud en poblaciones lejanas no está abierto a altas horas para dar la atención, respondió que el 65 por ciento son atendidas por médicos becarios o médicos pasantes, dentro de los cuales tienen horarios de 24 horas. “Y en caso posible que no existiera, se recomienda pedir a las autoridades locales que ayuden en el traslado al hospital más cercano”.
Hizo hincapié en que se debe revisar la ropa que se va a poner, los zapatos, las paredes y si es posible instalar mallas en los dormitorios para prevenir las picaduras.