Ante un total hermetismo de la Policía Federal Preventiva (PFP) y el Ejército mexicano, que participaron en el operativo, vecinos del lugar declararon que alrededor de las 11:30 horas llegaron al lugar decenas de elementos de la Policía Federal fuertemente armados, que impidieron la entrada y salida de los colonos.
Refirieron que durante varios minutos se escucharon detonaciones de arma de fuego y después, los gritos de una mujer pidiendo auxilio para una bebé.
Mientras se realizaba el operativo, un helicóptero sobrevolaba la zona.
Se reportó que la acción habría durado alrededor de media hora, pero los agentes federales regresaron alrededor de la una de la tarde, junto con un grupo de militares, para realizar una segunda inspección. Cerraron las calles por los dos sentidos e impidieron el acceso a los medios de comunicación presentes.
Dijeron que darían información al terminar de realizar las diligencias que practicaron, pero una hora después abandonaron el lugar, junto con el ejército, sin declarar nada.
La vivienda es propiedad de la señora Vita Reyes Galván, quien vive con su hijo Agustín Garduño Reyes, la esposa de éste, de nombre Wendy Zhuky, y la hija de ambos, Alexia Guadalupe (todos ellos estaban dentro de la casa). Reyes Galván declaró a los medios de comunicación que fueron objeto de abuso, porque ellos nada tienen que ver con la delincuencia y que cotidianamente se estaciona fuera de su casa un vehículo que no es de su propiedad.
La señora narró la situación que vivieron:
“De pronto, oímos que pasó un carro y después escuchamos un tiroteo; les dije a mis hijos: ‘tírense al suelo’. Pero seguimos escuchando cada vez más cerca (los balazos). Todos nos replegamos hacia mi recámara, pero como seguía el tiroteo, empujamos un ropero y nos pusimos atrás del ropero para protegernos. Entonces, empezamos a escuchar mucho ruido dentro del patio de la casa, abrieron la puerta con violencia y entraron todos a la casa; de momento yo pensé que eran los delincuentes; que era una persecución de delincuentes que habían atravesado la casa para poder salirse por el otro lado. Cada vez escuchamos más fuertes las amenazas con insultos, golpeando, rompiendo vidrios y empezamos a escuchar bombazos. Mi hijo, que tiene 19 años, me dijo ‘voy a salir’ y le dije que no, ‘porque te van a tirar, te van a disparar’. Teníamos mucho miedo. De cualquier manera, me respondió: ‘Tenemos que salir porque están tirando bombas (de gas lacrimógeno)’. Entonces salimos. Yo empecé a decir: ‘Señor, somos gente de la casa, somos personas decentes’ y nos salimos. Al momento de que abrí la puerta de mi recámara, la casa estaba llena de humo; primero salió mi hijo, después salió mi nuera y a mi hijo, en cuanto lo tuvieron afuera, ellos lo tiraron inmediatamente al piso y lo empezaron a encañonar con palabras groseras, insultos, lo tiraron al suelo y le preguntaron quién más estaba adentro. Le dijimos que éramos los únicos. A mi nuera y a mí nos pasaron a la parte de atrás del patio y mi nietecita (Alexia Guadalupe, de cuatro meses de edad) se empezó a asfixiar y mi nuera empezó a pedir ayuda y les dije: ‘Ayúdenme, por favor; mi niña se está ahogando’. Y sale mi nuera con la bebé. Dos uniformados me dijeron: ‘No se preocupe. Afuera tenemos una ambulancia y hay un paramédico y entonces se la llevaron’.”
Aseguró que no detuvieron a nadie de su familia y sí le ocasionaron daños a su propiedad. Por varias horas no pudieron ingresar a la casa por el fuerte olor del gas lacrimógeno.
La bebé fue trasladada al IMSS de Zacatepec, en donde el último reporte fue que estaba en tratamiento con oxígeno.
No descartó emprender acción legal en contra de la Policía Federal.
Otros vecinos comentaron que en su ingreso, los policías afectaron otras viviendas de la misma calle y causaron daños en algunas, particularmente en una pared. Criticaron la acción sin resultados (no hubo reporte de detenidos, por lo menos de manera oficial) y que “los propietarios de los vehículos que balacearon, salieron del lugar en otros automóviles”.
No se confirmó si los disparos de arma fuego de los policías fueron respondidos.
Vecinos comentaron que los policías recogieron cascos de las bombas del gas lacrimógeno.
Sobre la avenida se encontraban tres vehículos con impactos de arma de fuego: una camioneta blanca X-trail Nissan, placas de circulación GY14510 del estado de Guerrero; un automóvil Mazda, color negro, sólo con la placa trasera HAE 9963, también de Guerrero, y un Bora, Volkswagen, blanco, sin placas.