Más bien están ocupados en solventar sus pendientes económicos, enfrentar las demandas laborales y reponer el dinero que tomaron de un programa para mandarlo a otro o para el pago de gasto corriente. Y es que ya queda poco tiempo y hay que entregar cuentas.
Algunas obras ofrecidas ya no podrán realizarse y otras que están en proceso, podrían no inaugurarse en lo que resta del año.
Llama la atención aquí el municipio de Jojutla por dos magnas obras que le entregó el gobierno del estado y que están sin operar: la planta de tratamiento de aguas negras que está en Tlatenchi, que costó más de 12 millones de pesos y está inoperante, y el relleno sanitario regional, que tiene varios meses concluido y ya incluso se está deteriorando por falta de uso.
Pero más llama la atención la remodelación del parque Ricardo Sánchez, que lleva ya varias semanas de atraso. Resulta que aquí, el gobierno municipal tenía considerado pedir un préstamo millonario para obras (entre ellas, la remodelación del parque), pero por una circunstancia favorable para la comuna, una tienda de autoservicio –que justo construyó su nueva dirección a un lado– se ofreció (por lo menos eso se nos dijo) a aportar una cantidad millonaria para su rehabilitación. La tienda Elektra aportaría el recurso no sólo para el parque, sino para edificar nuevas oficinas de la Dirección de Obras Públicas, que estaban justo en el centro del parque y fueron demolidas para la rehabilitación del jardín. Fue en una rápida ceremonia, realizada a mediados de marzo, que el alcalde Enrique Retiguín Morales hizo el anuncio de que el gobierno, junto con Elektra, invertiría 1.8 millones de pesos en la remodelación del inmueble, así como en la construcción de las nuevas oficinas. “Y no nos costará un quinto partido por la mitad”, dijo en su habitual estilo.
Pero primero la suspicacia surgió entre grupos ciudadanos. El llamado “Jojutla Somos Todos” opinó que la tienda pagó para que remodelaran y derribaran las oficinas que le tapaban la vista desde la avenida principal; y más aún, tenían sospecha de que en el propio parque les concederían cajones para estacionamiento –cosa que no se ha confirmado.
Y las suspicacias comenzaron a crecer. Ante la falta de oficinas para Obras Públicas, el gobierno tuvo que rentar un edificio. Ejecutivos de Elektra dicen desconocer cualquier tipo de convenio con el gobierno para pagar el parque. Y ahora hasta los empresarios han insistido en que el gobierno debe informar acerca de la negociación que hizo y cuánto va a costar en realidad la obra. Por su parte, el gobierno ha admitido que ya no va a construir las nuevas oficinas de Obras Públicas, porque no le alcanzará el tiempo ni el dinero.
La falta de transparencia, primero, y luego la falta de información, han hecho que existan sospechas en el manejo que el gobierno dio a este asunto y desde luego, nos haga pensar, ¿cuántos casos parecidos hay en los municipios de arreglos poco claros?