Dijo que esta semana comenzarán con una campaña de difusión para entregar las cartas tecnológicas y el pronóstico climatológico para que los productores “tengan la suficiente información y tomen las decisiones más importantes para evitar que nos veamos afectados con una precipitación errática en el establecimiento de cultivos, ya que el primavera-verano es el ciclo más importante del estado”.
Destacó que nada más entre dos cultivos se cubren más de 70 mil hectáreas de temporal en el estado, de ahí la importancia de estar atento a la evolución del comportamiento de las lluvias.
“El pronóstico es que éste es un año ‘Niño’, caliente, pero va a llover dentro de lo normal, o sea, vamos a tener un precipitación equivalente a los 900-1000 mm acumulados a lo largo del ciclo de lluvia; aquí el poroblema es que llueva en una distribución homogénea, adecuada a las necesidades del líquido de las plantas.”
Destacó que el comportamiento de las lluvias afecta los tiempos de cultivo. “Lo más seguro es que (este año) terminemos las siembras a finales de julio, cuando normalmente terminamos a principios de julio.”
Para concluir, hizo hincapié en que a pesar de que está haciendo mucho calor, las lluvias de enero pasado fueron buenas, lo que incrementó la capacidad de almacenamiento en presas hasta del 80 por ciento, cuando por esas fechas sólo alcanzan entre el 55-60 por ciento, por lo que “esa agua nos permitió, por lo menos en la superficie de riego, tener líquido para las actividades que se establecieron”.