La concejal, aclaró que vive en la misma casa de sus padres –que ya son de la tercera edad-, ubicada en la calle Mochis de esta ciudad, donde el año pasado ellos rentaron un espacio de cuatro por cuatro metros en piso y techo a la empresa “Centenial Towers” para la instalación de una torre y antenas de telefonía celular.
Aseguró que la decisión fue tomada por sus padres, apoyada en sus hermanos, que confirmaron que la antena no traería consecuencias ni a los aparatos, ni a la señal telefónica ni a la salud de nadie, pues incluso, a unos metros del lugar, se encuentran instaladas dos torres con nueve antenas, desde hace 30 años y ha nacido nueva familia en esa misma casa, sin ninguna complicación.
Comentó que por ello, nunca esperaron la reacción de algunos vecinos, que rechazan la instalación de la antena y han hostigado incluso a sus padres, causando deterioro en su salud por las constantes agresiones y ofensas (le han pateado el portón y lanzado piedras), aunque también mencionó que tienen el apoyo y solidaridad de muchos más.
Dijo que se atrevió a hacer esta declaración pública, porque se han generado muchas versiones falsas, que están poniendo en riesgo la seguridad de su familia.
Reseñó que el año pasado se instaló la torre, que ocasionó la protesta de los vecinos, los cuales aseguran que las radiaciones dañarían su salud. Derivado de las quejas, en enero de este año, el presidente municipal ordenó la clausura de la obra, hasta en tanto la empresa no cumpliera con la normatividad. Sin embargo, se corrió el rumor de que ya estaban trabajando nuevamente en la obra.
Aseguró que el pasado 17 de febrero se llevó a cabo una diligencia de inspección para dar fe y constatar que los sellos de clausura no han sido violados o retirados, en la que participaron las autoridades municipales con la suplente del ayudante de la colonia, Sandra Luz Dávila Trejo.
“Es falso que se hayan reanudado los trabajos para la colocación de la antena, como también es falsa la cantidad que se ha mencionado que mis padres reciben como renta y que nos vuelven vulnerables en el tema de seguridad; así también es falso que nos hayan dado una casa en Cuernavaca y nos vayamos a mudar”.
Pidió respeto para ella y su familia y aseguró que ellos están ajenos a lo que haga la empresa para poder instalar la antena.
“La empresa es la que tiene que resolver la situación jurídica, mis padres sólo se encargaron del contrato de arrendamiento”, concluyó.
Entregó también documentos en los que se aclara que las antenas de telefonía no causan daño a la salud.