El funcionario reconoció que el precio de este fruto, indispensable en la cocina mexicana, ha alcanzado precios de hasta 60 pesos por kilogramo, pero dijo que podría incrementarse aún más. “El precio puede subir más, se está cayendo la producción de limón en México. En Colima y Michoacán, que producen siete de cada diez limones que se consumen en el país, se cayó la producción de más de 500 mil toneladas a menos de 200 mil, eso es un indicador que se ve reflejado en una falta de oferta en el mercado y consecuentemente un alto precio”.
Dijo que el problema es una plaga, el “dragón amarillo”, que se inició en Yucatán y se diseminó por el país. Comentó que para obtenerse el fruto se requiere de un proceso, por lo que la situación podría durar mucho tiempo.
Reconoció que podría haber más limón en los próximos días, pero los volúmenes no serán suficientes para atender la demanda, aunque las importaciones podrían ayudar.
En cuanto a Morelos, comentó que su producción apenas ha comenzado a crecer y esta podría ser una oportunidad para incrementar la superficie cultivada. “Tenemos poco más de tres mil toneladas de limón producidas; hace poco se inauguró un centro de acopio en Zacapalco y ya se autorizó la segunda etapa. Creo que estados como el nuestro, tienen una gran oportunidad en cultivos como el limón, a partir del comportamiento del mercado”.
Por su parte, la delegación Morelos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), informó en un boletín que se espera un repunte de la oferta a partir de la segunda quincena de abril. “Se prevé que a finales de marzo comience a fluir al mercado nacional mayor volumen proveniente de Oaxaca, y que paulatinamente se registren los picos anuales de producción del resto de las entidades, con efectos a la baja en los precios”.
Entre los factores que han alterado el precio del limón en la presente temporada, destaca la alta intermediación en la cadena productiva, se afirma en el boletín.
Los precios del limón que se pagan en campo fluctúan entre los 15 y 22 pesos, pero el costo al consumidor final es cuatro veces más alto, reconoce.
“Los productores de los principales estados reportaron lluvias en sus huertas en los meses de noviembre y diciembre, lo que tiene repercusiones en la floración y caída de frutos. El retraso en la maduración ha provocado que se postergue la disponibilidad del producto”, concluye.