Las jornadas, que comenzaron este martes con la conferencia “Prevención y difusión de los derechos de los periodistas”, continuaron ayer con la proyección de un documental y terminará hoy con un foro denominado “Respeto y protección del periodista”, el cual ha contado con una mínima asistencia de periodistas.
En su exposición, Chávez Moreno aseguró que la CNDH está siempre dispuesta a apoyar a los periodistas en el ejercicio de su actividad profesional, pues “cuando se agrede a un periodista no sólo se violan sus derechos individuales, sino también se violan, como sociedad, los derechos colectivos”.
Reiteró en que los ministerios públicos tienen la obligación de dar atención de calidad a todos los ciudadanos, pero que su atención debe ser doble cuando se trate de un periodista, porque podría estar en riesgo su vida.
Aseguró que México fue punta de lanza para reconocer los derechos de los periodistas, a través de la Declaración de Chapultepec en 1994, donde se dicta que los periodistas pueden difundir todo lo que obtengan sin censura. “No se vale que sean perseguidos por dar a conocer las malas acciones que está haciendo un gobierno, porque si se sienten descubiertas, la gente o servidores públicos pueden corregir sus comportamiento y es ahí donde los periodistas se convierten en el cuarto poder, donde sirven como mecanismo de control”.
Afirmó que la libertad de expresión constituye uno de los ejes sobre los que se fundamenta la democracia.
Dijo que la CNDH tiene especial cuidado en atender las amenazas hacia periodistas y comunicadores, porque son “los héroes” de un pueblo, ya que se encargan de difundir las cosas que se investigan.
“El mayor número de agresiones a periodistas se da en el estado de Tamaulipas. Morelos dentro del término, se mantiene dentro de un término medio, pero necesitamos capacitar a los periodistas para que conozcan sus derechos”.
Consideró que por su parte los periodistas deben publicar cosas que son ciertas y no propiciar el odio ni la discriminación y que además, cierren la noticia. “La opinión pública es la que va a castigar al periodista, si tú publicas puras mentiras, no te van a comprar tu producto, pero si dices cosas reales, serás el que más vendas”.
Reconoció que los periodistas que dicen mentiras, pueden ser demandados y tener que pagar daños y perjuicios. “Puede el periodista publicar cosas que sean verdad, pero que nunca lo haga con jiribilla, de meterle el odio a la gente, porque hay dos tratados internacionales que hablan de prohibición de discriminación y de no infundir el odio. Tú puedes publicar de lo que se esté enterando la gente, pero sin calificativos y la opinión pública podrá sacar su propia opinión”.