El día de ayer, un grupo de jóvenes voluntarios dio a conocer esta labor altruista, que consiste en aportar una “cajita de vida” a los enfermos de cualquier tipo de cáncer para fortalecer su sistema inmunológico.
“Hicimos una alianza con AMANC que tiene presencia a nivel nacional y lo que buscamos es apoyar a niños con cáncer en sus tratamientos de quimioterapias y radioterapias, y lo que buscamos es encontrar padrinos, así le podemos llamar, que solventen este tratamiento alterno a las quimioterapias”, expuso Daniel Alejandro López Machin, voluntario de la AMANC.
Aclaró que su labor es obtener recursos para proporcionar suplementos alimenticios alternativos, a quienes son tratados de algún tipo de cáncer y no para proporcionar el tratamiento mismo.
“Lo que hace este tratamiento alternativo es ayudar a nivel celular a los niños con cáncer, les protege las células buenas que en las radio y quimioterapias les quitan y se lleva células malas. Lo que hace la quimioterapia regularmente, es que baja la energía al paciente, les hace perder el apetito, se les cae el pelo o las uñas, vomitan, no tienen energía y todo eso. Regenera, por decirlo así, las células buenas y ayuda a que le empiece a crecer el pelo a los niños, les empiece a creer las uñas y ya corren, ya brincan, ya juegan, ya se la pasan todo el día ugando, ya comen de todo, no tienen que tener una dieta tan disciplinada”.
Explicó que este tratamiento alternativo es el consumo de mangostán, una fruta que proviene de Tailandia y que ya está comercializada.
“Es una fruta que tiene muchas propiedades que se llaman santonas y que está trayendo resultados favorables a nivel mundial. Nosotros quisimos apalancarnos de esa tendencia y ayudar a niños con cáncer”.
Añadió que su labor es obtener recursos para proporcionar una caja de mangostán a los niños de escasos recursos para ayudarlos en su recuperación.
“Primero se platica con los familiares para ver si quieren, esto es totalmente externo a sus tratamientos y si ellos lo quieren, se entrega desde una cajita hasta cuatro cajitas, que es lo que dura al mes”.
El padrino puede aportar cualquier cantidad, desde 100, 200, hasta 10 mil pesos. Una sola caja cuesta 1,500 pesos y el tratamiento dura aproximadamente seis meses.
“Ahorita tenemos la ventaja de que con la fundación AMANC, la donación se vuelve deducible de impuestos, aunque sube un poquito más el costo (300 pesos más por caja), porque apoyamos a la construcción de un centro de rehabilitación de AMANC, que va a estar a un costado del Hospital del Niño en Zapata.
Precisó que los padrinos deben hacer su aportación por lo menos seis meses, que es el tiempo que necesita un niño para empezar a ver resultados (como que le crezca el pelo o las uñas al paciente) y no hay un tiempo máximo, pueden donar todo el tiempo que deseen.
Reconoció que en la zona surponiente, hasta el momento sólo apoyan a tres niños de Miacatlán y Coatlán del Río.
“Hicimos el llamado a personas que tuvieran algún familiar con cáncer para que se empiece a trabajar aquí. Nosotros trabajamos en Morelos, México, Toluca, Querétaro, Pachuca y Guadalajara”.
Dijo que quien esté en esta circunstancia y requiera de este apoyo, puede hacer contacto al teléfono 777 1898735 o visitar su página en Facebook que se llama MAP o “cajitas de vida”.