La mañana de ayer autoridades locales realizaron un homenaje cívico con motivo del IC (noventa y nueve) aniversario de los mártires del 13 de agosto, que en una fecha como ésta, pero de 1916, 283 personas perdieron la vida a manos de las fuerzas federales, por no haber encontrado a Emiliano Zapata en este lugar.
Posteriormente, la comitiva se trasladó al mausoleo del “caudillo del sur”, frente a la iglesia de San Miguel, en donde también mediante ceremonia y al toque de marcha fúnebre ejecutado por una banda escolar, fueron depositados los restos del coronel Leobardo Suárez Abúndez y el general José Luis Rodríguez Morales, alias “El ranchero” (quien era médico, compadre de Emiliano Zapata).
María Félix Trinidad Torres Zúñiga, integrante de la asociación tlaltizapanense de participación ciudadana, explicó que las autoridades, tanto de Antropología e Historia, como de la Secretaría De Salud, autorizaron primero la exhumación de los cuerpos; que estaban enterrados, uno, en la entrada de la iglesia y el segundo en los jardines, y después la inhumación en urnas dentro del mausoleo.
“Se ofició una misa el día de ayer y el día de hoy, por ser el día de los mártires del 13 de agosto, de gran importancia para los que somos de Tlaltizapán, fue el día más adecuado para que la voluntad del general Emiliano Zapata se cumpliese, él quería que sus más allegados estuviesen sepultados ahí, en el mausoleo que él mismo mandó construir, quiso que los restos de él mismo estuviesen descansando ahí, en la parte alta, cosa que no le hemos cumplido al general Zapata”.
“Seguiremos trabajando para que el deseo del general Zapata se haga realidad, que sus restos, que están en Cuautla, sean traídos aquí, donde expresamente él hizo este mausoleo”.
De hecho, están haciendo gestiones para que otros revolucionarios, como Otilio Montaño, Zeferino Ortega, Pablo Torres Burgos y Francisco Franco, sean traídos también al mausoleo.
Al terminar la ceremonia, una ciudadana gritó espontáneamente: “la ciudadanía le exige a las autoridades actuales y a la asociación, que Tlaltizapán exige los restos del general Zapata. Ese fue su deseo, junto con aquellos que confiaron y creyeron en él”.