Refirió que la ahora ex coordinadora general de servicios periciales –ya no está en el cargo-, Ana Lilia Guerrero, quien venía de Chihuahua, “llegó con mucha soberbia y con muchas ganas de destruir periciales, y lo logró”.
Dijo que la ex coordinadora dio malos tratos a los trabajadores (alrededor de 135 en las tres fiscalías), de modo que ellos prefirieron jubilarse. “Les cambió los horarios a los compañeros, algunos de ellos con otros trabajos, y les decía, ‘pues si les conviene, y si no, renuncien’. Entonces, los peritos de mucha experiencia, de muchos años de trabajo, obviamente solicitaron su jubilación y se retiraron”.
Ante esta situación, prosiguió, se abrió la convocatoria para que ingresaran nuevos peritos y se inscribieron varios chicos que terminaron la carrera de criminalística. “Hicieron el examen de control y confianza y obviamente se quedaron los que ella decidió, porque los chicos que tenían experiencia, que están haciendo maestría pues no sé porqué no pasaron el examen de control y confianza. El problema que hay en este momento es que ellos tienen muchas ganas de salir adelante, pero se meten a un ramo que no conocen. Ellos están apenas iniciando la investigación, y en la oralidad no nada más se necesita la teoría, se necesita la experticia, y cuando ellos están enfrentándose a juicio oral, en donde ellos tienen que hablar y decir todo lo que investigaron, pues obviamente se pierden los casos porque no tienen esa formación, esa experiencia”.
Dijo que ella junto con otros peritos expertos, formaron el Instituto de Ciencias Forenses y de Investigación Criminal, que pretende capacitar a los nuevos peritos. “Se trata de que estos chicos que ya están adentro, que están ya contratados, se capaciten y se actualicen desde lo que es la redacción, la lectura, cómo sentarse ante los tres jueces, cómo defender, cómo sustentar su investigación, cómo manejar las referencias bibliográficas. Esa experiencia que debemos tener para que no se rompa la vinculación, y las personas que realmente asesinaron, no se vayan (salgan) por el elemento de la prueba, entonces, estamos nosotros en esa situación”.
Destacó como ejemplo que ha visto cómo hay peritos que están pisando el lago hemático de un cadáver, o cuando llegan a la escena de investigación, ya están todos los elementos de la policía, la Ministerial, Mando Único, todos adentro, ya está todo alterado, contaminado, así que no hay resultados.
Explicó que los peritos participan en la etapa intermedia de los juicios orales. “El abogado de la defensa ofrece sus pruebas y la Fiscalía ofrece sus delitos; se sienta, llega, lo pasan, se presenta y él tiene que hablar de su experticia, yo soy perito de criminalística tengo 10 años trabajando en esto, hago 20 peritajes al mes, en mis 20 peritajes todos están bien sustentados, motivados, sustentados científicamente y te están dando toda esa participación. Imagínate un jovencito que diga, pues yo acabo de entrar a trabajar son mis primeros dictámenes y me tocó un homicidio muy grave, y bueno, yo nada más puedo decir lo que vi y cómo lo sustento, y entonces ahí es cuando el abogado de la defensa lo empieza a desacreditar por su falta de experiencia”.