Juan Armando Ramírez García, de oficio comerciante, reseñó que este martes 15 de diciembre se estacionó sobre la avenida principal de Jojutla, frente a una farmacia, en línea entre roja y amarilla.
Dijo que iba a entregar un dinero en un negocio cercano, por lo que consideró que no se tardaría, por lo que dejó a su esposa en el interior del vehículo, precisamente por cualquier problema.
De pronto, prosiguió, su esposa llegó corriendo hasta donde estaba él, porque un agente de tránsito se quería llevar su vehículo.
“Me dijo que el agente le quería quitar las llaves, porque se quería llevar la camioneta. Yo regresé y le pregunté por qué hacía eso, que cumpliera con su trabajo, y si yo tenía una infracción pues que le quitara la placa, pero no las llaves. Me respondió que ahí no me podía estacionar y yo le reiteré que se llevara la placa, pero finalmente me dijo: ya vete a la chingada, así con esas palabras”.
Entonces el hombre aseguró que se subió a su vehículo y ya se iba, cuando el oficial se le paró en frente y ahora le expuso: “¿y qué?, te vas a ir nada más así o qué”. Yo le pedí que me explicara, que me dijera qué es lo que quería y él respondió: “siquiera algo”, pero cuando le insistí en qué era lo que quería, el oficial me volvió a decir “vete a la chingada” y me pidió que me bajara del vehículo, explicó.
“Me bajé, le pregunté que quería y le dije que iba a poner una queja en su contra, pero él respondió que si lo iba a hacer lo hiciera de una vez y llamó al mando único”.
Comentó que tras platicar con los policías, lo llevaron escoltado con el juez cívico. Al entrar a la comandancia, aseguró, fue hostigado por los elementos policíacos. Lo encerraron en un cuarto, le ofrecieron un convenio para que ya no se metiera con los policías y no aceptó, por lo que lo metieron a una celda. Su mujer pagó sanción de 701 pesos, de los que dijo no saber por qué lo sancionaron (aseguró que no se puso violento ni ofendió a los oficiales). Finalmente, después de no saber de su camioneta le dijeron que estaba en el corralón por lo cual deberá pagar más de dos mil pesos, por falta de licencia y por estar mal estacionado, pero lo que más le preocupa es que traía 16 mil pesos en el vehículo que ya no aparecieron.
“El problema es de que yo traía en la camioneta 16 mil pesos porque iba a hacer un pago al ayuntamiento de Tlaquiltenango de una continuación de un permiso. Pues ya se perdió todo eso”.
Por ello, presentó la denuncia penal JO/UEDD/3072/2015 en contra de los policías, cuyos nombres desconoce (y tampoco recordó ningún número de patrulla), además de una queja ante la comisión de los derechos humanos.