Zona sur.- Debido a la “tentativa de disturbios”, se suspendió la ceremonia solemne que realizaría este sábado 13 de agosto, en ocasión del centenario de los “mártires del 13 de agosto” en Tlaltizapán.
En el boletín LIII-0558 emitido por el Congreso del estado de Morelos el miercoles (pero con fecha de 10 de julio) se informa que “la Diputación Permanente aprobó modificar el Acuerdo relativo a la Sesión Solemne que estaba programada para este 13 de agosto con motivo del Centenario del sacrificio de los Mártires de Tlaltizapán, a realizarse en este municipio, la cual se llevará a cabo en una fecha que los Diputados acordarán, una vez que inicie el próximo Periodo Ordinario de Sesiones”.
Al respecto, la diputada Hortencia Figueroa Peralta, amplió que la suspensión se debió a riesgo de disturbios.
“La comisión permanente sesionó en este periodo de receso, y ha tomado la determinación de suspender esta sesión solemne, también por las circunstancias que se viven y la tentativa de riesgo que se pudiera tener en este evento”.
“No queremos, afectar la conmemoración que se vive en el municipio de Tlaltizapán con algún disturbio que pueda presentarse, y esa fue la valoración que se hizo”, prosiguió.
Dijo que tal vez el próximo año haya condiciones para realizarla.
Interrogada acerca de qué tipo de disturbios se podrían presentar, respondió que había amenazas de que puedan darse manifestaciones y que eso derivara en “situaciones de diferencias o desencuentro” y por esa razón se tomó la determinación de posponer la ceremonia.
Actualmente, el municipio de Tlaltizapán realiza una semana de actividades culturales que termina el domingo y que pasaría por el 13 de agosto, para conmemorar a los “mártires”.
De acuerdo con el extinto cronista Ricardo Zúñiga Vázquez, la mañana del domingo 13 de agosto de 1916, fuerzas del gobierno federal masacraron a todo hombre viviente, niño, joven adulto y de avanzada edad, que encontraron en este pueblo, “hasta que no quedara uno solo vivo”.
"La venganza obedecía que el amanecer de ese domingo, Zapata puso sitio al poblado sólo que por el camino de Santa Rosa Treinta, los generales Maurilio Mejía y Jesús Capistrán, que Zapata envió, lo abandonaron y permitieron que el gobierno entrara y sorprendiera a Zapata y sus generales, que con su gente cada quien como pudo, salió del pueblo atravesando el río Salado, donde algunos se ahogaron al no conocer el paso".
Durante seis horas, “la sangre corrió por todas partes” por la masacre de más de 250 seres humanos, señalan sus apuntes.
1 comentario
Hey
disturbios? Definitivo, el miedo no anda en burro..! que bueno que tenemos… Compartelo!