Sergio Mendoza Vázquez, uno de los integrantes del movimiento que se ha generado para impedir su construcción, declaró que los vecinos, al enterarse de la pretensión, investigaron y determinaron que era nocivo.
“La familia Higareda entró a Internet y sacó mucha información respecto a los daños que ocasionan las radiaciones de estos equipos; también nos enteramos por personas que conocen de esto, de que legalmente no se puede hacer gran cosa o casi nada; lo único que queda es el movimiento social, en caso de que estos estudios sean reales. Se teme que la radiación ocasione principalmente cáncer a todo tipo de personas, pero los de más riesgo son las personas adultas mayores y niños; la antena debería estar instalada, mínimo, a tres kilómetros.”
Dijo que la autoridad municipal tendrá que demostrar que los estudios de la nocividad no son verídicos, por ello, acudieron la mañana del viernes pasado a entrevistarse con el alcalde, a quien le solicitaron que en tanto se aclare que la radiación no afecta la salud, se detenga la obra.
Aunque el munícipe aceptó que se detendrían los trabajos, el director de Obras Públicas, Gerardo López Huicochea, aseguró que la licencia estaba dada y no podían hacer nada, enfatizó Mendoza Vázquez.
Expuso que incluso, la tarde del viernes y además el sábado, el funcionario se presentó en el lugar para confirmar que la licencia estaba dada.
“Llegué tarde a la reunión del viernes, pero la inquietud de la gente es oponerse a la antena hasta que no se haya comprobado que no hay efectos nocivos a la salud. Se están juntando firmas y se espera que este lunes se haga una minuta para conocer la posición de los vecinos, aunque el gobierno dice que no hay nada que hacer”, precisó Mendoza Vázquez.