En el año 1489 el eminente matemático italiano llamado Luca Pacioli escribió el libro “Suma” de aritmética, geometría, proporción y proporcionalidad, en donde describe “el método de la partida doble”, por lo que crea, realmente, la base de lo que hoy se conoce como Contabilidad, pero es hasta el año de 1494 que el mencionado libro se imprime por primera vez. Desde ese tiempo, Luca Pacioli había escrito que quien se dedicara al comercio y quisiera hacerlo bien, necesitaba: saber hacer bien las cuentas y con gran rapidez registrar, anotar todos los actos del negocio de manera ordenada. Por lo anterior, Luca Pacioli es considerado el primer contador.
Un contador es, precisamente, un amante del orden, por lo mismo, hemos creado nuestra normatividad básica, con el objeto de imponernos a nosotros mismos un método, una regulación, que contribuya a la mejor comprensión y manejo de los recursos que se nos encomiendan.
Algunos se preguntan con frecuencia ¿cuándo buscar los servicios de un contador público? Cuando se necesite llevar, ordenadamente, la contabilidad de una tienda o de una industria, o cuando se quiera pagar con precisión y oportunidad los impuestos de una persona o de una compañía; pero también si se requiere de un especialista financiero o de un experto de control. Así también cuando se necesite a un consultor para una empresa, o de alguien que analice y evalúe el cumplimiento de las normas legales y administrativas de una corporación, o de quien revise y sugiera mejoras en el funcionamiento de los sistemas operativos, administrativos, financieros y de información de una organización, o de quien le dé una opinión técnica sobre sus métodos de trabajo y la razonabilidad de sus estados financieros. En cualquiera de los diferentes aspectos que comprenden los negocios, se puede contar con el asesoramiento de un contador público.
Por su trabajo, por sus conocimientos, por su análisis, por su información, por su precisión, por su confianza, por sus consejos; porque las empresas, las industrias, las organizaciones no podrían funcionar como tales, sin los contadores públicos. En México festejamos el Día del Contador Público, haciendo remembranza a don Fernando Díez Barroso, nuestro preclaro maestro, primer contador público de nuestro país, quien un 25 de mayo de 1907 obtuvo su título de Contador de Comercio.
Felicito anticipadamente a mis colegas y a mis alumnos por el apego a la ética profesional, por la responsabilidad de capacitarse y actualizarse, por su profesionalismo, por su voluntad de servir a la sociedad, por amar y dignificar a nuestra profesión.