Llevábamos pasos lentos pero constantes. Salíamos en masa del recinto donde habíamos entregado el corazón y era difícil contener la emoción. Cuando 25 mil gargantas salen de un evento masivo cantando al unísono Cielito Lindo, es inevitable que la carne se ponga de gallina. No habían pasado ni cinco minutos desde que todos gritamos a todo pulmón ¡Dame todo el power! y ¡Viva México Cabrones!, fusionando nuestro grito con el de Molotov, la banda icónica de nuestro más florido lenguaje mexicano, cuando el público decidió tomar el encore en sus manos. Una voz, luego otra, y luego miles más comenzaron a entonar —primero suavemente y luego a grito pelado— la canción que quedará por siempre en la memoria de nuestra generación por haber sido entonada en cada uno de los edificios derrumbados, en cada centro de acopio, en cada cadena humana y en cada espacio de unión y acción ciudadana tras los sismos del pasado mes de septiembre.
Aunque ese fue, en mi opinión, el momento más emotivo de la noche y ocurrió lejos del escenario, lo cierto es que no habría podido darse sin lo que antes músicos y artistas nos regalaron.
Y es que desde que se anunció que bandas como Zoé, Kinky, Café Tacuba, Molotov, Enjambre, Reyno y Mon Laferte hacían un llamado a sus seguidores para asistir a un concierto colectivo a beneficio de las personas damnificadas tanto en Ciudad de México como en los estados de Morelos, Chiapas, Oaxaca o Guerrero, por los sismos ocurridos el 7, el 19 y el 23 de septiembre pasados, la respuesta de la gente no se hizo esperar. 36 horas bastaron para que la taquilla fuera agotada.
Así que, con un Palacio de los Deportes a reventar, el pasado miércoles 1 de noviembre fuimos testigos de cómo #AmplificaMéxico, que inició como un simple concierto, se transformó en un movimiento de empoderamiento ciudadano al que se sumaron organizaciones y ciudadanos de impacto convencidos de que la emergencia no es la simple reacción inmediata tras una tragedia, sino el punto de partida para la construcción de un nuevo país, tal como lo dijo el actor Diego Luna en las palabras de bienvenida a la audiencia: esto no se trata de reconstruir edificios o viviendas, se trata de construir juntos el país que queremos.
No es ajeno para un pueblo como el mexicano, que la música esté presente en nuestra conmemoración del día de muertos, así que puedo pensar que la fecha no fue elegida al azar. Tal como marca nuestra tradición, nuestras ofrendas a quienes se han ido no son un acto de tristeza y desolación sino una oportunidad de enfatizar que el amor y la vida de quienes nos quedamos, les acompañarán por siempre. Así, las víctimas fatales de la tragedia recibieron el homenaje que merecían: un llamado a la acción ciudadana para que la reconstrucción sea transparente, resiliente y sostenible.
Así que sí, hubo momentos realmente emotivos, como cuando en conjunto todos los músicos cantaron en el escenario la legendaria “Cuando pase el temblor”, de Soda Stereo; o cuando previo a su interpretación de Las Flores, Café Tacuba nos recordó que la diferencia entre un país y un pueblo está en el corazón, y que el nuestro tiene que seguir latiendo.
O cuando Leon Lárregui invitó a que nos apropiemos de una nueva fecha para dar el grito de independencia, olvidando el oficialismo del 15, y trasladándolo al 19 de septiembre.
Ni que decir de cuando las rechiflas indicaron que todos estamos hartos de la corrupción, los privilegios y los engaños que se convierten en cifras de muerte. Organizaciones como Mexicanos Unidos contra la Corrupción, Verifica 19S, Los SúperCívicos o Fondo Semillas, nos recordaron que la reconstrucción no tiene nada que ver con pegar ladrillos o levantar muros sino con unir voluntades, tomar acciones y exigir resultados, transparencia y honestidad a quienes nos sirven y viven de nuestros impuestos.
Si bien era un concierto lleno de energía y emoción, era inevitable sentir algún grado de tristeza cuando se proyectaban videos de organizaciones benéficas como el del Fondo Semillas que ayudará a la reconstrucción en apoyo a mujeres y sus comunidades indígenas; o México Rises, iniciativa de Alfonso Cuarón para brindar ayuda urgente a las comunidades afectadas del país. Algunas lágrimas se escaparon para escurrir por mis mejillas y no por la tristeza o el duelo sino por la emoción de percibir un ambiente de solidaridad que puede ser la oportunidad que esperábamos para levantar a este país..
Ver a artistas como Phoenix, Natalia Lafourcade, Cuarteto de Nos, Babasónicos y Residente enviar palabras de aliento o una canción escrita para la ocasión, manifestando sus deseos de estar allí para recordarnos que no estamos solos, era no solo reconfortante, sino estimulante. Hay que seguirle, me dije una y otra vez durante la noche.
¿Cuál es entonces el mejor momento de #AmplificaMéxico? Sin duda será todo lo que siga después.