Hasta ahora todos los youtubers me habían provocado una flojera inmensa y no terminaba de entender cómo es que lograban enganchar con su público. Me aburrían los tutoriales de maquillaje y creía que en serio hay que dar tapones para los oídos a los fans de Yuya porque su voz es simplemente insoportable. Sin embargo, la historia que hizo Roger me reveló que muy lejos de aquí existe una joven indígena ecuatoriana que sí sabe ser youtuber.
Estoy hablando de Nancy Risol, quien no sólo no se avergüenza de su origen étnico, sino que se enorgullece pero además lo vive y como muchos de nosotros, también se ríe con un sarcasmo espléndido de los mundos aspiracionales de las redes sociales y los influlencers.
Nancy Risol toma en sus manos lo que podría parecer un privilegio de los blancos clasemedieros y se empodera a través de una red social donde sí, por supuesto al principio recibió comentarios discriminatorios y racistas porque no cabe duda que gente estúpida sobra en el mundo, pero luego, cuando ella siguió siendo perseverante mostrando lo que es su vida cotidiana con un humor único y fascinante, se fue ganando el respeto de muchos y así cumplió una meta que ningún otro joven indígena había conseguido antes: recibir el botón de plata por superar los 100 mil seguidores en su canal de YouTube.
Es curioso que Nancy entró en este mundo de los llamados “influencers” porque vio videos de otros que, como ella, no cumplen con estereotipos de belleza, posición social, educación o status quo. Así ella dijo… ¿acaso es que cualquiera puede ser youtuber? Su respuesta fue sí, cualquiera puede ser youtuber pero yo creo que no. Y mucho menos no cualquiera puede proyectar la frescura y seguridad que ella proyecta.
Tal vez Nancy cualquiera pueda subir contenidos en YouTube pero para ser youtuber se necesita logar lo que tú ya has logrado, conectar con la gente, empatizar, hacer que otros sientan que lo que tú haces o dices o proyectas era lo que necesitaban ver.
Nancy no tiene un equipo de superproducción detrás, tampoco sube videos a diario, de hecho tiene realmente pocos videos para haber alcanzado las cifras que tiene: 17 millones de reproducciones en su canal.
Pero con toda certeza se los digo, uno puede ver varias veces el mismo video y seguirse riendo con el sarcasmo y la espontaneidad de Nancy.
Me parece que el trabajo de Nancy Risol nos recuerda cómo era la creación de contenidos antes, cuando empezaban las redes sociales: era una oportunidad para divertirnos y compartir nuestro día a día con el resto del mundo.
Gracias Nancy, porque cualquiera que tenga un dispositivo móvil quizá pueda crear un canal y subir contenido pero no, no cualquiera puede ser youtuber ni seducir a tanta gente que incluso, hemos llegado a envidiar tu espontánea y natural manera de disfrutar la vida. Gracias por tanta frescura Nancy, te necesitábamos.