Hace tres semanas supe que la serie completa, con sus seis temporadas, estaba disponible para verse por streaming así que contraté el servicio y desde entonces no hay momento libre que no dedique a conectarme con la vida de Carrie Bradshaw, Samantha Jones, Charlotte York y Miranda Hobes.
Desde que retomé mi conexión personal con esta serie me han inundado unas ganas tremendas de viajar a Nueva York, de darle una gran mordida a esa enorme Manzana pero, ¿qué hace tan especial a esta ciudad?
Todos los que viajan a Nueva York por primera vez regresan encantados y con ganas de volver. No es que haya hecho un análisis científico ni que estos sean los resultados de un estudio de una reputada universidad, simplemente es lo que me han dicho todas las personas que conozco que han viajado a Nueva York. Bueno para ser exactos el 99% afirma que Nueva York enamora, siempre hay un 1% que se escapa de lo habitual.
Aunque no he hecho un estudio sobre el terreno, entrevistando a 1.000 sujetos y analizando sus respuestas mi intuición de “experta en series y películas filmadas en Nueva York” me dice que estos pueden ser los motivos principales:
1.- Es una ciudad fácil
Al principio, cuando empiezas a organizar el viaje te parece todo un caos y que es demasiado grande y tu demasiado pequeña. A eso hay que sumarle todo lo que lees en blogs, lo que te recomiendan amigos, lo que ves por las redes sociales, lees en las guías o ves en la tele. Too much!! Pero una vez llegas allí te das cuenta que Nueva York es una ciudad fácil incluso para una novata como tú.
El transporte público es sencillo (pero caro, ojo con eso) sólo hay que agarrarle el modo, y eso al segundo día lo tienes. Hay paradas de metro por todas partes y a todas horas por lo que usar el transporte público en NY y llegar de un lugar a otro con un mapa del subway o con alguna app es muy sencillo.
Otro de los motivos por los que Nueva York enamora es que te percatas enseguida de lo sencillo que es encontrar sitios para comer. Hay restaurantes para todos los gustos y para todos los bolsillos en cualquier parte. Además te das cuenta que comer no es tan caro como te habías imaginado y hay lugares donde comer barato en NY. También se te va de la cabeza la idea de que en Nueva York sólo se puede encontrar comida grasienta e hipercalórica incluso para desayunar (…que sí que la hay…) pero también hay muchísimas más opciones mucho sanas.
Otra cosa que la hace una ciudad fácil es que es el lugar perfecto para hacer compras. Nadie se va de NY con las manos vacías ya sean marcas internacionales, ropa de segunda mano, cadenas americanas, prendas de fuera de temporada, souvenirs, juguetes, complementos,… hay un sinfín de tiendas, opciones y precios y seguro que vuelves con la maleta cargada.
Y cuando te pierdes en el metro, no sabes cómo pedir algo en un restaurante o tu talla en una tienda te das cuenta de que no hay problema, siempre hay alguien que habla tu mismo idioma o una especie de curioso “spanglish” que ya es suficiente para hacerte entender… según en qué situación te encuentres, Nueva York te enamora y esa persona que te saca de un apuro también.
2.- Te sientes como en casa
Llegas a NY y alucinas, todo es a lo grande: las avenidas, los rascacielos, las luces, … y cuando ya se te ha pasado el shock inicial te das cuenta de que todo eso ya te suena. Lo has visto tantas veces por la tele y en el cine que de repente te da la sensación de que ya has estado aquí y de que podrías ser Carrie, Samantha, Joey, Ross, Rachel, Robin o Ted Mosby o cualquiera de los demás personajes que se han metido en tu corazón por alguna serie y te darán ganas de vivir en Nueva York para siempre.
Nueva York enamora también al sentir que enseguida te orientas en esta enorme ciudad. Los números ordinales y cardinales de las calles de Manhattan (desde el Midtown hacia el norte) sirven para saber por dónde estás con exactitud y cuando dudas sólo hay que mirar hacia arriba para tener alguna referencia: ¿ves de cerca el Empire? entonces estás por el Midtown, ¿ves al fondo un montón de luces y pantallas? pues estás por encima de Times Square, ¿que estás en Bryant Park y quieres ir hacia la Grand Central? pues mira hacia arriba, busca el Chrysler Building y síguelo.
3.- Al regresar no paras de reconocer la ciudad en tu pantalla
Es como si se tratara de un gran mensaje subliminal: cuando vuelves a tu rutina ya en tu casa un día abres la tele y en la serie aparece Central Park y ¡tú lo reconoces! Al siguiente sale en las noticias el rascacielos donde tu estuviste. Otro día aparecen los taxis amarillos en un videoclip y en la revista de chismes te enteras que el famoso de turno está de compras por la 5a Avenida… Es como si los astros se alinearan para no dejar que te olvides de Nueva York e incluso la eches de menos. Confieso que eso es lo que a mí me pasa con París y ahora tengo ganas de que me pase con Nueva York.
4.- Siempre está en constante cambio
Este es otro de los principales motivos por los que creo que Nueva York enamora. La “ciudad que nunca duerme” siempre está reinventándose: donde antes había unos astilleros ahora construyen un parque, en lo alto de un rascacielos abren un rooftop, unas antiguas vías de tren se convierten en un bonito paseo entre rascacielos y el barrio más desgastado de NY florece con el mejor y más vistoso arte callejero… Siempre hay cosas nuevas por ver y hacer en Nueva York y tú que ya estás en tu casa te enteras de esas novedades y no quieres perdértelas por lo tanto solo hay una solución: volver a Nueva York. Lo bueno es que ahora en México son tres las aerolíneas low-cost que te llevan de vuelta.
5.- Es una ciudad con una energía especial
Sólo quien ha viajado a Nueva York puede entender este punto. La Gran Manzana desprende una energía que te atrapa. Es algo un poco arrollador: coches, gente, luces, rascacielos,…. pero en cuanto te acostumbras te engancha. Yo no sé si será verdad o no pero te aseguro que una vez leí que las luces de las pantallas de Times Square creaban adicción. Parece surrealista y no sé en que se basan pero yo no creo que sean solo las pantallas, es toda la ciudad la que vibra de esa manera tan especial que te alcanza y que hace te enamores de Nueva York para siempre.