Sabemos que todos estamos hartos del encierro, sobre todo, quienes llevamos cinco meses confinados en departamentos sin balcón o terraza, sin tener más alternativa que parques urbanos tristemente saturados y que representan un riesgo pues la recomendación de mantenerse en casa permanece en todo el país, sobre todo, en las grandes ciudades.
Sin embargo, la semana pasada fue viral una fotografía del congestionamiento vial provocado por miles de automóviles tratando de cruzar la caseta de Cuernavaca, para ingresar de regreso a la Ciudad de México, tomada la noche del domingo.
Obviamente, todas esas familias regresaban o de Acapulco o de Cuernavaca y sus alrededores y realmente es muy triste ver que la gente de la gran ciudad no toma las precauciones porque, si bien entendemos su desesperación, también es importante que se desplacen con responsabilidad.
Mucha polémica se ha desatado, por ejemplo, que Tepoztlán haya sido cerrado al turismo desde abril. Evidentemente eso ha generado descontento entre una parte de la población y entre los turistas, pero ha mantenido al pueblo con muy pocos casos de COVID 19.
Desde hace un par de semanas, el turismo ha comenzado a regresar al pueblo donde yo estoy resguardada desde hace un tiempo, por tener una casa en este municipio. Sin embargo, para ingresar es indispensable o contar con una propiedad en el pueblo, credencial de elector con dirección del municipio o bien, tener una reservación en hoteles y posadas que hayan sido certificadas como empresas responsables.
Ayer me enteré que Tlayacapan también ya ha puesto un cerco sanitario para acceder a este otro pueblo mágico, y es que hace dos semanas hubo un brote que los llevo a tener 30 casos confirmados, a pesar de que había sido uno de los pocos municipios morelenses libres del virus.
Es por ello que les comparto algunas recomendaciones para que, cuando vayan a un pueblo, hagan un turismo rural responsable y consideren que si ustedes llevan el virus a un lugar donde no hay infraestructura hospitalaria para atender a los enfermos, pueden provocar pérdidas humanas irreparables.
Sabemos que mucha gente no está dispuesta a seguir encerrada durante este verano y por eso, como tampoco se puede viajar al exterior libremente, los pueblos cercanos a las grandes ciudades se vuelven alternativas atractivas, pero es nuestra responsabilidad cuidar a los habitantes de esos hermosos lugares quienes, si bien sí necesitan el turismo, también quieren permanecer sanos.
En definitiva, vivimos un verano de turismo nacional en el que los pueblos y los espacios naturales serán la nueva playa y las autocaravanas el nuevo avión.
Para armonizar tanto el impulso a la actividad económica y el turismo como la protección de las personas locales y sus necesidades, estas son las recomendaciones para reducir el contagio en espacios naturales protegidos, y para viajar con responsabilidad, respetando la seguridad de los vecinos de estos pueblos mágicos.
ACTIVIDADES AL AIRE LIBRE:
Antes de dirigirse a un espacio protegido se aconseja llamar para saber si hay plazas disponibles, tanto si se trata de una visita libre como si es con servicio de guía, e informarse de los requisitos sanitarios que hay que cumplir, como el uso de mascarilla o el cumplimiento de las nuevas limitaciones en espacios comunes. Es altamente probable que el acceso a estos recintos y su mantenimiento estarán sometidos a estrictas limitaciones de uso y aforo y en los espacios comunes se deberán respetar las medidas de distanciamiento.
UN MAYOR CONTROL DE ACCESO:
Para evitar las aglomeraciones, las áreas de recepción estarán señalizadas y en los mostradores no debe haber folletos, guías ni materiales didácticos impresos, solo en formato digital. En los espacios abiertos y de libre circulación, la situación será similar a la de antes de la pandemia, pero las zonas de acceso restringido tendrán ahora un régimen más estricto. Así, los miradores, observatorios de aves y otros espacios similares estarán sometidos a una mayor vigilancia y el tiempo de uso será más limitado. Además, todo el material prestado será desinfectado después de cada uso o inhabilitado en caso que no sea posible mantener esta medida higiénica.
VISITA A PUEBLOS:
Es fundamental mostrar un buen comportamiento, tanto para la seguridad de los vecinos ante el posible contagio, como para la conservación del entorno. Esto significa que se debe usar cubrebocas, pasar los filtros sanitarios, utilizar gel antibacterial antes de ingresar a los locales, respetar las restricciones de aforo, moderar o preferentemente evitar el uso del alcohol y mantener la sana distancia. Lo ideal es acudir al pueblo solo a lo esencial como compra de víveres, y volver al lugar donde se hospeden. No olvidemos que los pueblos se han mantenido con menos contagios que las ciudades por su distancia de los principales centros de contagio, así como por la rápida adopción de medidas de aislamiento por parte de las comunidades y no sería justo que el turismo irresponsable eche a perder todo ese esfuerzo de cuidado durante los meses anteriores.
VIAJES EN PAREJA O FAMILIA, NO ENTRE AMIGOS:
Es importante que salgamos con personas del mismo círculo del confinamiento, es decir, que viven bajo el mismo techo. No es el mejor momento de reunirnos con los abuelos o con parientes lejanos o amigos, para evitar la propagación del virus. Si tienes amigos en los pueblos que visites, no hagan reuniones innecesarias.
HOSPEDAJE SEGURO:
Si no tienen una casa propia a la cual llegar, hagan una reserva solo en los hoteles certificados, las visitas de entrada por salida son las más perjudiciales porque no permiten filtros sanitarios adecuados. Por eso es aconsejable informarse bien antes de hacer una reservación, tanto de sus normas y requisitos como del aforo del recinto.