#BREAKING Sting performs his song "Fragile" at the #Bataclan reopening concert in #Paris pic.twitter.com/WDmWbarBEJ
— Lucid Hurricane (@LucidHuricane) 12 de noviembre de 2016
El músico, que ya había pisado ese escenario en 1979 al frente de su banda Police, anunció que el monto total de las entradas de este concierto será donado a dos asociaciones de víctimas de los atentados del año pasado.
Si el atentado hubiera sido hace cuatro años probablemente yo habría estado allí, sí porque yo llegué a París por primera vez un 12 de noviembre de 2012. Recuerdo que aunque llegué cansada y bajo los estragos del jet lag, lo primero que quería hacer era salir y caminar por las calles de la llamada Ciudad Luz.
Quería ser parte de esa famosa vida bohemia de amigos brindando con sus vasos de vino en las terrazas de los bistro.
Y eso hice, tomé mi abrigo y salí a la calle, primero para cenar, después simplemente para conocer y disfrutar de la vida parisina.
Y ese fue el estilo de vida que fue atacado hace 365 días. El estilo de vida en libertad de una sociedad plural y diversa.
Pero las cosas cambiaron después de la tragedia del 13 de Noviembre de 2015. La última vez que estuve en París se sentía distinto. Aunque la vida nocturna había regresado y el Estado de emergencia se había ido, lo cierto es que París ya no era la misma.
Era como si el miedo flotara constante en la atmósfera de la misma ciudad en la que yo me había sentido segura y relajada tres años atrás.
Claro, cuando yo estuve allí fue en abril, y apenas llevaba dos días allí cuando ocurrieron los atentados terroristas en Bruselas, por lo que en París todo mundo volvía a estar alerta.
Sting transforms The Bataclan back into what it always was. A concert venue. pic.twitter.com/sps9pdsSEx
— Nick Garnett (@NickGarnettBBC) 12 de noviembre de 2016
Yo volví a mi vida pero en París la tensión continuaba. Aunque la gente salía, el ambiente era distinto. La Eurocopa en el verano le devolvía la vida a las calles. Los parisinos y los turistas que llegaron para ver el torneo de futbol más importante de Europa en las Fan Zone instaladas en diversos lugares públicos de la ciudad la pasaron muy bien, no hubo hechos que lamentar. Sin embargo, apenas terminaba la fiesta del fútbol europeo, en plena celebración del aniversario de la Revolución Francesa, un ataque terrorista volvió a poner de luto a Francia, esta vez en el sur, en la turística ciudad de Niza. La sangre volvía a correr por las calles francesas y los que habíamos visto gente saltar por las ventanas y huir de los tiros en los videos que circularon por el mundo tras el atentado en El Batallan, nos volvimos a estremecer ante las crudas imágenes de personas que, recién arrolladas por un terrorista al volante, se debatían entre la vida y la muerte en una avenida llena de cuerpos sin vida y heridos.
Ese video también dio la vuelta al mundo que no cabía en su asombro. Primero fuimos Charlie, en solidaridad con los caricaturistas asesinados en un ataque al semanario satírico Charlie Hebdo en enero de 2015, después fuimos París tras los atentados en El Bataclán y también en otras terrazas parisinas, así como en el estado de fútbol de Saint Denis. Después, ya en el verano de 2016, todos fuimos Niza.
Justo por la cercanía de esos trágicos hechos, los dueños del Bataclán no sabían si debían reabrir el recinto. La herida aún estaba fresca, la gente todavía recordaba haber tenido que caminar entre cuerpos para escapar de aquella trágica noche que hoy cumple su primer aniversario.
Sin embargo, todos en París quieren recuperarse del shock. Reabrir la sala es entonces una más de las acciones de resistencia pacífica con las que París ha encarado al terrorismo.
Por ejemplo, un mes después de la tragedia del 13/11, se llevó a cabo en la capital francesa la COP 21, misma que no sólo no fue suspendida, sino que fue todo un éxito e incluso los ambientalistas encontraron a través de una “protesta-performance” una forma pacífica de manifestarse aún cuando las reuniones masivas estaban prohibidas aún por el estado de emergencia decretado por el gobierno de François Hollande.
Cientos de Zapatos llenaron las plazas para exigir acciones de los jefes de Estado presentes para combatir el cambio climático. Y tuvieron eco, tanto así que en menos de un año entraron en vigor los llamados Acuerdos de París, derivados de aquel encuentro de tomadores de decisiones que estuvieron en París en medio de la tragedia recién ocurrida en El Bataclán.
Sting es sólo el primer músico famoso en manifestar su solidaridad con los parisinos en este primer aniversario, pero también ya lo hizo Chris Martin, vocalista de Coldplay.
Sting, sin embargo, decidió ir más allá y donar las ganancias que se obtengan por este concierto, por ello, nos despedimos con sus palabras:
“Tenemos dos cosas que cumplir, primero, un recuerdo y honrar a los que perdieron la vida en el ataque hace casi un año y en segundo lugar celebrar la vida y la música encarnada por esta sala histórica”.