“Todos tenemos nuestra casa
que es el hogar privado;
y la ciudad, que es el hogar público.”
-Enrique Tierno Galván-
El poder ciudadano es el arma más terrible que puede enfrentar un mal político o servidor público. El poder ciudadano siempre ha existido. Sin embargo, nunca se había manifestado tan fuerte como en estos tiempos. La gente se manifestó en contra de los malos gobiernos y ahí tenemos los resultados. No todo termina en la voluntad expresada en las votaciones. Este es sólo el comienzo y ahora todos los hombres y mujeres de nuestras comunidades tienen que saber qué es esto del poder ciudadano para acabar con los malos servidores públicos y exigir que haya transparencia, entre otras cosas, en las actividades gubernamentales. Cuando ponemos en acción el poder ciudadano podemos transformar nuestra realidad, exigir cuentas y alcanzar la justicia social.
La relación gobierno-sociedad ya no será la misma a partir de estas elecciones. El trato entre autoridades y ciudadanos debe ser entre iguales y esto nos permite ver a la autoridad frente a frente como una entidad al servicio de los ciudadanos y que está obligada a atender las necesidades de la sociedad. Pero… ¿Por dónde comenzamos?
La primera fase sería el respeto. Respetarnos y respetar a quienes nos rodean. Cumplir con las reglas de convivencia de nuestras comunidades y respetar las reglas, por ejemplo, de tránsito. Porque es por lo básico donde tenemos que comenzar. Yo te respeto, tú me respetas y todos nos respetamos para vivir con armonía en nuestra comunidad.
Debemos comenzar a desarrollar, si no los tenemos, valores como la tolerancia, la equidad, el diálogo permanente y alejarnos de la violencia imperante porque ésta nos destruye y divide como sociedad. Requerimos de instrumentos que nos ayuden a premiar a los servidores públicos que hacen bien su trabajo y a castigar de manera puntual a aquellos que son corruptos.
Ulrich Richter dice que la profunda crisis que atravesamos como sociedad mexicana se puede resumir en: polarización de la sociedad, falta de unión entre los ciudadanos y la falta de unión del estado con los individuos, carencia de virtud ciudadana, apatía de los ciudadanos, falta de respeto entre nosotros mismos y a las reglas de convivencia, la desconfianza que tenemos a las autoridades y la desmotivación en la participación ciudadana. Vivimos en una cultura de la ilegalidad y es por eso que hoy nos enfrentamos a esta crisis que padecemos y que ya no soportamos. Tenemos que ir a la conquista de nuestros derechos ciudadanos. Urge revivir y actualizar la Ley de participación ciudadana.
El Estado debe garantizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos, y es lo que menos ha hecho. Por el contrario.
Los servidores públicos, al denominarse “autoridad”, pareciera que pueden hacer lo que quieran contra nosotros los ciudadanos. Y aprovecho desde aquí para decirles a las autoridades de tránsito de Jiutepec que tienen agentes de tránsito que siguen abusando de los automovilistas deteniéndolos en “operativos”, faltándoles al respeto y obligándolos a mostrarles sus documentos so pena de llamar a la grúa y llevárselos. El artículo 78, del reglamento de tránsito del municipio de Jiutepec, establece en su fracción tercera que los agentes de la Dirección de Tránsito Municipal en ningún caso podrán ejecutar actos de molestia y agravio en contra de las y los ciudadanos sin que exista causa legal para ello. Y el artículo 89 todavía lo deja más claro: “Los o las Agentes de Tránsito únicamente podrán detener la marcha de un vehículo, cuando su conductor haya violado de manera flagrante alguna de las disposiciones de este Reglamento y/o cuando se encuentren en un punto derivado de programas de control para prevenir accidentes generados por la ingestión de alcohol, realizado por la Secretaría de Seguridad Publica, Tránsito y Vialidad, a través de las áreas correspondientes. En consecuencia, la sola revisión de documentos no será motivo para detener el tránsito de un vehículo salvo el caso de campañas de revisión de documentos, dadas a conocer oportunamente por las autoridades de Tránsito.
En el desarrollo de los operativos o puntos de control y de prevención del delito que ejecuten las policías preventivas, sí se podrá revisar los documentos, siempre y cuando esté presente la policía vial. Dice “dadas a conocer oportunamente”. Y eso nos lo tienen que acreditar a los ciudadanos. Es su obligación. Sin embargo, la gente dice que esto sucede cada tres años al final de un régimen. Es el año de Hidalgo. Tienen que sacar dinero de donde se pueda. Buscan hasta debajo de las piedras. No lo permitamos. Unámonos a otros ciudadanos que les esté ocurriendo lo mismo y exijamos nuestros derechos. Las cuentas claras.