"Papá cuéntame otra vez ese cuento tan bonito
de gendarmes y fascistas, y estudiantes con flequillo.
Y dulce guerrilla urbana en pantalones de campana
Y canciones de los Rolling y niñas en minifalda"
Ismael Serrano
“Sería un absurdo insistir en aplicar ese mismo paradigma (el neoliberalismo) para enfrentar la actual crisis económica. Debemos dejar el camino trillado de las últimas cuatro décadas y buscar uno del todo nuevo. Es indispensable desechar las recetas de siempre, propuestas por organismos financieros internacionales, supuestamente, orientadas a revertir las crisis recurrentes pero, que en los hechos, provocan nuevos ciclos de concentración de la riqueza, nuevas espirales de corrupción, crecimiento de la desigualdad, ensanchamiento de los abismos sociales entre las regiones y entre lo urbano y lo rural y, a la postre, un agravamiento de los fenómenos de desigualdad, desintegración social, migración, marginación y miseria. Así quedó demostrado, por desgracia, en varios países, como ocurrió en México a raíz de las privatizaciones a rajatabla y el rescate de las grandes fortunas que se selló con el Fobaproa (1998)… Es por ello que en México estamos construyendo, desde antes de la pandemia actual, y ahora con mayor intensidad, un nuevo modelo de país, con base en cinco principios fundamentales e indisolublemente relacionados entre sí: democracia, justicia, honestidad, austeridad y bienestar. La nueva política económica se ha formulado a partir de esos principios.”
Estas palabras fueron publicadas en el sitio web del gobierno de México en el 2020, en un documento titulado: La nueva política económica en los tiempos del coronavirus:
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/552472/LA-NUEVA-POLI_TICA-ECONO_MICA-EN-LOS-TIEMPOS-DEL-CORONAVIRUS.pdf y, mientras escribo este artículo, escucho una canción de Ismael Serrano, compositor español, llamada “papá, cuéntame otra vez”. Y es ahí, escuchando esta canción, que el sentido común me dice que siempre será la misma historia en la vida del ser humano. Habrá personas que estén de acuerdo con lo de siempre, con lo establecido, con las mismas viejas prácticas sociales, religiosas y políticas, mientras que, por otro lado, habrá personas que no están a gusto con lo de siempre y exigen un cambio radical. Un cambio para mejorar.
Veo, observo y analizo todo lo que pasa en nuestra tierra bendita. Tantos años de un mismo régimen político en el que creíamos todo lo que decía el gobierno a través de los medios de comunicación, y nadie parecía darse cuenta de la tragedia que nos asolaba. Nos decían sus versiones, verdades a medias, y todos seguíamos las reglas que nos dictaban. Pasó el tiempo, y conforme crecimos se nos fue cayendo la venda de los ojos. Aunque debo decir, que aun en esos tiempos había gente comprometida y que sabiendo lo que pasaba luchaba por sus ideales.
Ahora las cosas han cambiado. Tenemos un régimen con una visión diferente que promete mejorar las cosas, el cual, considero, ha ido cambiando radicalmente las reglas de hacer política y que hasta ahora, y dentro de lo que cabe, ha ido cumpliendo su palabra.
Sin embargo, no olvidemos que, como dicen que dijo Thomas Hobbs, el hombre es el lobo del hombre, es decir, es la metáfora del animal salvaje que el hombre lleva por dentro, que es capaz de realizar grandes atrocidades y barbaridades contra elementos de su propia especie.
Nota aparte: fue Plauto, quien introdujo dicha frase, por vez primera, en su obra “Asinaria” en el siglo III A. C.
Con esto quiero decir que debemos estar siempre atentos con la clase política. Ha habido muchos cambios desde 2018. La propuesta, en teoría, me parece muy buena, pero también hemos visto y comprobado, que dentro del “nuevo sistema” sigue habiendo oportunistas y depredadores que están dentro para beneficiarse a ellos mismos.
Mi punto de vista es que los dejemos trabajar porque por y para eso fueron votados. Apoyemos al gobierno sin caer en las tentaciones de obtener favores personales. Sigo insistiendo que debemos implementar una cultura de paz porque la violencia se ha apoderado de la vida misma en nuestras comunidades. Y también insisto en que no es por obra y gracia de seres ultraterrenos. Todos hemos dejado que el lobo que existe dentro de nosotros sea el responsable comenzando por quienes no les importa más que lograr su propio beneficio personal.
Pero no olviden que también existe un poder ciudadano que debemos despertar todos nosotros, hombres y mujeres que queremos mejores condiciones de vida, mejor sistema educativo, mejores empleos y salarios, mejor sistema de salud, vivienda digna y mejores comunidades, entre otras cosas.
Podemos vivir mejor. Sólo es cuestión de poner todo nuestro empeño realizando acuerdos pacíficos y justos, sociedad y gobernantes, para realizarlo.