Las protestas que se organizaron para tal fin dañaron finalmente a los ciudadanos, las principales víctimas de los incrementos.
Eso quedó lo suficientemente probado, por lo que ojalá al regreso de las actividades oficiales se evite incurrir en las prácticas que impiden, por ejemplo, el libre tránsito.
Demasiado debe hacerse para revertir el impacto en la vida cotidiana de los incrementos.