Quizá contribuyó a ello la cercanía a zonas pobladas y las buenas comunicaciones, pero lo cierto es que ese será el nivel de actuación que la temporada de estiaje exigirá a los cuerpos especiales, dado la evidente falta de humedad que reina en el ambiente.
El que corre será un año difícil en materia de incendios forestales, por lo que no estará de más ninguna precaución que se tome para evitar que se pierda la cada vez más escasa superficie forestal de Morelos.