Miles de personas viven desde el martes a la intemperie o en precarias construcciones luego que lo perdieron todo por el sismo.
Sus necesidades elementales han sido cubiertas por la ayuda gubernamental y el altruismos llegado de todo el país, pero ahora enfrentan el reto más importante, la reconstrucción.
Para empezar, se requiere limpiar los predios afectados, incluida la demolición de los inmuebles que constituyen un peligro por el riesgo de desplome.
Esa es una tarea que se antoja titánica sin el equipo y la maquinaria adecuada.
En estos momentos incluso disponer de simples herramientas como palas o picos puede ayudar enormemente a esa labor.
Por supuesto, aquellos que conservaron su patrimonio pueden aportar su mano de obra al esfuerzo en favor de los menos afortunados, a fin de acortar el tiempo que se requerirá para que Morelos esté nuevamente en pie.