El viernes a las doce de la noche terminará el larguísimo trienio de la definitivamente peor legislatura en la historia de Morelos.
Aunque sus antecesores trabajaron arduamente por ese mismo y lamentable título, los diputados que dejarán su cargo el último minuto de éste viernes han roto todos los registros.
Desafortunadamente para ellos, no entienden que –como nunca antes- los daños que provocaron al estado de Morelos son claramente medibles, lo mismo a través del endeudamiento aprobado que en los nombramientos indebidos o las jubilaciones injustificadas.
Permitir al sindicato del Congreso basificar 20 plazas a cambio de una cantidad igual para ellos no es ni con mucho su última acción deleznable.
Aún existe el riesgo de que nombren a sus incondicionales al frente del Instituto de la Mujer o como comisionados (as) del IMIPE.
Pero los salarios que esas personas devengarán, así como el costo de las 40 nuevas plazas de base o las pensiones han dejado huella y las responsabilidades son muy claras y exigibles.