Resulta sorprendente (o quizá no) comprobar que a pesar de las escandalosas cifras de recursos que proclamaba la administración saliente y el elevado endeudamiento contratado bancario en los últimos meses (de miles de millones de pesos) no se dispuso del dinero necesario para el rescate financiero de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, sino que intencionalmente s ele dejó caer en la insolvencia.
Hoy, el encargado de las finanzas públicas ha confirmado que existen un fondo federal de 320 millones de pesos para la universidad, condicionado al pago de una suma igual por parte de la autoridad estatal, que fue omisa con esa obligación pero aún así proclama que es obligación del próximo gobierno.
Mientras tanto, más de 42 mil estudiantes se quedaron sin clases y seis mil trabajadores (e igual número de familias) sin salario, por culpa de quienes en unos cuantos días dejarán su cargos irresponsablemente desempeñados.