Aunque seguramente una mala defensa llevó a un ex edil del municipio de Emiliano Zapata a quedar contra las cuerdas luego de que la justicia federal ordenó para él cinco años de prisión, esa decisión ya es una referencia de lo que un ciudadano puede lograr si se lo propone.
Por supuesto, se requiere de paciencia y recursos o amistades para utilizar la ley como una defensa única, pero los resultados llegan si el trabajo se hace bien.
La utilidad del mecanismo debería motivar a los grupos que hoy presionan mediante el cierre de calles y carreteras y logran resultados de corta duración o a veces ni eso.
Si se arman de paciencia y estudian la situación, pueden orillar a que los funcionarios y empleados que les han ofendido con su conducta reciban una sanción ejemplar, algo que les duela y que vaya más allá del pago de una multa, que generalmente se cubre con recursos públicos, en el colmo de la desvergüenza.
Que la suerte de Carlos Eduardo Martínez Varela y su tesorera sea tomado como el claro ejemplo del poder del ciudadano que se informa y que recurre a la protección de la ley.