La creación de cuatro nuevos municipios –sólo se concretaron tres- fue una propuesta demagógica y electorera que tenía como única finalidad captar los votos de las poblaciones beneficiadas a favor del PRD.
En lugares como Coatetelco, las autoridades tradicionales llegaron a prohibir que en la campaña electoral partidos diferentes al oficial se manifestaran o hicieran proselitismo en la vía pública, aunque el final la población de Morelos ofreció una respuesta contundente en las urnas.
Sin embargo, la amenaza de conflictos apenas nazcan los nuevos municipios es evidente, pues los ayuntamientos serán encabezados por quienes ganaron procesos amañados en favor de los grupos aliados al entonces oficialismo.
Eso garantiza conflictos fraticidas en las comunidades que se convertirán en municipios, y el saldo sólo tiene un responsable.
Esperemos que las rectificaciones que den un verdadero sustento jurídico y un equilibrio a ese proceso se realicen a tiempo y no haya consecuencias qué lamentar.