La inhabilitación de diversos funcionarios municipales que incumplieron sentencias judiciales suena ejemplar, aunque en varios casos el incumplimiento se debió a que la respectiva alcaldía careció de dinero para pagar laudos heredados de administraciones anteriores.
Eso significa que la justicia llegó tarde, pues los causantes del quebranto al municipio que derivó en la falta de acatamiento a la sentencia lograron escapar de cualquier sanción.
Sin embargo, las inhabilitaciones constituyen el primer paso para que quienes hoy gobiernan vean que sus acciones –o la falta de ellas- tiene consecuencias que pueden ser graves para su persona.