Los latrocinios de que fue víctima la entidad a manos del exgobernador Graco Ramírez y sus secuaces dañaron a amplios sectores de la población morelense, y no sólo a los más desprotegidos.
NI siquiera el sector empresarial estuvo a salvo de la salvaje extracción de recursos públicos cometida con la complicidad de la Legislatura vigente en esa época, que le dio tintes de legalidad a los descarados robos.
El encarcelamiento de las ex secretaria federal Rosario Robles Berlanga ha abierto una ventana de esperanza para que los hechos de corrupción cometidos en Morelos terminen por llevar a la cárcel a sus principales protagonistas.
Es claro que el cabecilla de la banda logró quedar a salvo de sospechas, pero en el entendido de que no hay crimen perfecto, se requiere encontrar el camino que, en su exceso de confianza, Graco Ramírez dejó sin cubrir.
Esa ruta debe existir y es necesario encontrarla.