No sabemos de qué manera alterará las cosas en el Tribunal Superior de Justicia la ratificación de la magistrada Guillermina Jiménez Serafín, pero esperemos que sirva para romper el insano equilibrio que ha paralizado parte de las labores sustantivas del Poder Judicial de Morelos.
Quizá su carácter de supernumeraria le impida influir en la situación de empate entre el grupo que les es fiel a la magistrada presidenta, compuesto por nueve integrantes, los mismos del grupo opositor.
Pero si no es a través de la ratificación de la citada magistrada. Algún elemento novedoso debe introducirse a fin de evitar mayores consecuencias para los justiciables, que ya enfrentan una situación que bordea la legalidad en asuntos muy delicados.