El grupo de vecinos de Hueyapan que exige el reconocimiento de Pablo Erick Pérez Juárez como cabeza del Consejo que gobierna ese municipio indígena ya había incurrido en varios delitos en sus movilizaciones previas, pero ayer agravaron su situación al dedicarse a un amplio vandalismo cuando se enfrentaron a la Policía en su infructuoso intento por bloquear el paso exprés luego de que decidieron dañar vehículos particulares porque la negociación con las autoridades estatales no había salid como ellos querían.
Desafortunadamente hubo personas heridas en la refriega y cuantiosos daños materiales.
El lamentable incidente de anoche solo es la confirmación de la dañina reforma impulsada por los intereses electorales del exgobernador Graco Ramírez, ya que las comunidades que se beneficiaron de la medida han demostrado más de una vez no estar lo suficientemente maduras para asumir su propio gobierno.
Las consecuencias, sin embargo, las paga la población ajena a los conflictos que se pretenden arreglar mediante el uso de la fuerza.
Quien aspira a gobernar la comunidad citada se ha descalificado ya, así como quienes actualmente ostentan el poder formal en Hueyapan. Todos ellos deben hacerse a un lado y dar paso a un gobierno neutral, que no forme parte de las dos facciones enfrentadas, para que propicie un relevo pacífico y de verdadero consenso en el proceso electoral que se avecina.