El apagón que dejó sin energía eléctrica a decenas de miles de usuarios y afectó sobre todo la zona norte de Cuernavaca mostró por enésima vez la fragilidad energética de la entidad, algo que empieza a sonar incongruente por la existencia de una planta generadora de energía en la entidad.
La dependencia de otras zonas generadoras hizo que la falla en la subestación Topilejo golpeara con dureza la entidad.
Los factores geopolíticos que se han conjurado para evitar la entrada en funcionamiento de la planta construida (y ya terminada) de Huexca deben analizarse. Los abusos y errores iniciales no se remediaron a tiempo y hoy esa planta y esa inversión están allí.
Prácticas ancestrales y desarrollo tecnológico pueden coexistir, pero eso requiere de un amplio proceso de negociación social que no debe retrasarse, porque los costos los pagamos ya todos los días.