Conforme se esperaba, el transcurrir de las campañas en las que participan tantos partidos políticos comienza a derivar hacia todo tipo de rumbos -incluso a lo chusco- empeñados como están en usar los métodos tradicionales para llevar su mensaje a los votantes.
Aunque traten de ignorar la pandemia, lo cierto es que el año que ya transcurrió en confinamiento cambió drásticamente la forma de entender el mundo y sobre todo, el método para obtener información.
Insistir en las formas presenciales para tratar de conmover al elector -así como el exceso de competencia para tan pocos cargos en juego- solo pondrá en una desventaja abismal a quienes se resisten a reconocer que la guerra electoral se pelea en las redes sociales.
Son nuevos tiempos y nuevas exigencias, como lo averiguaremos el 6 de junio, cuando ya será demasiado tarde para una rectificación.