La reanudación casi total de las actividades en el Poder Judicial constituye una gran noticia para una parte importante de la población morelense.
La paralización de los tribunales y luego su reactivación a cuentagotas afectó profundamente a los justiciables, que durante un periodo demasiado largo no tuviera opción para presentar asuntos vitales para sus vidas y su economía.
Los litigantes fueron los que más padecieron por el cierre de los juzgados, al grado de que una parte del gremio tuvo que cambiar de actividades.
Solo esperemos que la reapertura que el cambio a semáforo verde ha hecho posible no provoque el abandono de las acciones encaminadas a modernizar la impartición de justicia y la migración a los procesos digitales.