Los hechos ocurridos en Tepalcingo, donde los seguidores de un candidato quemaron las boletas de la elección a alcalde, merecen ser sancionados conforme a lo que marca la ley. No más, pero no menos.
De no hacerlo, se volverá costumbre realizar actos vandálicos para tratar de encubrir las derrotas.
Las elecciones del domingo fueron de una gran ejemplaridad y no es justo que grupos aislado pero belicosos manchen esa imagen.
Los intentos de agitar a las masas para imponer un criterio o un candidato deben ser superadas, procedan de donde procedan.
Los tiempos y métodos que marca la ley deben ser respetados y las instituciones deben prevalecer como medio para resolver las controversias.